jueves, 18 de noviembre de 2010

Día XXX

Son las cuatro de la tarde cuando comienzo a escribir el Blog, en este jueves dieciocho de noviembre. Hoy está siendo un día marcado por lo irregular del tiempo: tan pronto está lloviendo como luce el sol. Lo único que se mantiene estable es la temperatura, que apenas si ha pasado de quince grados.

Esta noche he vuelto a tener fiebre, lo que hizo que me despertara sobre las cuatro de la mañana. Tomé el paracetamol de rigor consiguiendo así que mi temperatura bajara para cuando a las siete y media tuve ya que levantarme para subir al hospital. Al menos puedo estar contento con que durante el resto del día la fiebre no dé signos de vida. Algo es algo.

A las ocho en punto estábamos en el Hospital de Día. Me tomaron la vía de la que en primer lugar extrajeron la sangre para su posterior análisis. Luego la espera se hizo un poco larga –aproveché para desayunar y dormitar un poco, que falta me hacía- hasta que sobre las diez y media mi mujer pudo subir a hablar con los médicos. Éstos le confirmaron que la situación sigue más o menos estable. Las defensas no han crecido, pero tampoco han descendido, lo que es de agradecer. De todos modos me han recetado nuevas inyecciones de Neupogen para intentar subirlas un poco más, como medida de seguridad de cara a mi ingreso para el segundo ciclo. Por otra parte sí que los hematíes parecen haber ascendido después de la bolsa de sangre que me transfundieron el lunes, así que han estimado que hoy no era necesario ponerme una nueva bolsa. Lo que sí que hemos tenido que poner como siempre ha sido la bolsa de plaquetas. Éstas siguen muy bajas pero tampoco se puede esperar otra cosa teniendo en cuenta las circunstancias. Así que al final, como sólo puse plaquetas, acabé relativamente pronto, de forma que poco más tarde de las doce estaba de nuevo tranquilamente en mi casa jugueteando con el Ipad. Es que estoy un poco enganchado a un par de juegos que me descargué la semana pasada y es superior a mí no pasarme un buen rato al día jugando a ellos.

Nos han confirmado por otra parte que mi ingreso será el próximo lunes por la tarde, es decir, que se ha retrasado un día. Por una parte lo agradezco porque esto me permitirá si no hay novedad, pasar el fin de semana en casa. Que tenía yo mis dudas de cómo iba a arreglármelas para ver el partido del Sporting el domingo, ya que en el hospital no hay wifi y el módem USB como ya os comenté cuando estuve ingresado la última vez, va faltal. No entiendo cómo en los tiempos que corren, algo tan básico como que haya red inalámbrica en las plantas, todavía no haya llegado al Hospital de Cabueñes. Creo que sería un servicio que muchos pacientes agradecerían. Mucho más que tener una televisión plana, que a parte de costar un riñón cada día, la mayoría de las veces ni miras para ella.

Así que como os digo ingresaré el lunes, lo que significa que comenzaremos con el tratamiento el martes. Si todo fuera bien, podrían incluso darme el alta para el próximo fin de semana, pero de eso ya habrá tiempo para hablar, que nunca se sabe cómo pueden ir las cosas. Lo principal es que la quimio funcione y si luego me da pocas molestias y me permite además volver pronto a casa, mejor que mejor.

Cambiando de tema, ayer por la noche después de cenar estuve viendo el partido amistoso de España contra Portugal, aunque la segunda parte la vi ya en la cama mientras al mismo tiempo leía mi libro de Las Legiones Malditas. Del partido hubo varias cosas que no me gustaron. La primera, y sobre la que entiendo que pueda haber opiniones diversas, fue la nueva camiseta de la selección española. Me parecía mucho más bonita la que lucieron en el Mundial que ésta que ahora han estrenado, y que pienso que es más por aprovechar el tirón para vender más camisetas que por otra cosa. La segunda fue el que a pesar de ser un partido que buscaba promocionar la candidatura conjunta de España y Portugal de cara a organizar el Mundial del 2018, sirvió para mostrar el tremendo pique que hay entre ambos países y el pasotismo del público luso que dio la espalda al partido con una asistencia al mismo ciertamente mediocre. Y la tercera, por supuesto tiene que ver con el resultado. Partiendo de la base de que los partidos amistosos son eso, amistosos, esto no significa que en cada uno de los que ahora juegues te caigan un saco de goles. Hay una imagen que salvaguardar y el peso de llevar una estrella en la camiseta obliga a no hacer ridículos como el de Argentina o el de ayer. Insisto que lo que cuentan son los partidos oficiales, pero hay un mínimo nivel que exigir a un campeón del mundo y que ayer no pudimos ver. Ahora ni se debe magnificar la derrota ni caer tampoco en el pasotismo como si no pasara nada, porque a fuerza de perder amistosos uno puede llegar a incluso a acostumbrarse a ver la derrota como algo normal, y lo que es peor, que los jugadores se acostumbren a ella y que los rivales que se enfrenten a España en el futuro lo hagan con menos respeto del que se merece la actual campeona de Europa y del mundo.

Para lo que queda de tarde la verdad es que no tengo grandes planes que digamos, como podéis imaginar. Más o menos lo que suelo hacer siempre: sobre las cinco y media me tomaré mi merienda -antes tengo que acordarme de poner la inyección de Neupogen-, luego caminaré unos treinta minutos, que es lo que tardo en dar las cincuenta vueltas a mi circuito, más tarde veré algún documental interesante que puedan echar por la tele y si se tercia, echaremos un Parchís antes de la hora de la cena. Últimamente vamos alternando victorias con derrotas, así que no sabría decir quién de los dos está en racha, si mi mujer o yo. Después de la cena –hoy toca una sopa calentita de primero y una sabrosa tortilla de patatas hecha con huevos caseros- en función de lo que echen por la tele tal vez veamos alguna peli, y si no, a seguir con el libro. Quiero acabarlo antes de ingresar el lunes porque es un poco pesado para llevarlo al hospital. Me quedan apenas doscientas páginas de las ochocientas largas que tiene, así que creo que no me costará finiquitarlo para el lunes.

Bueno, ahora toca seguir cogiendo fuerzas hasta ese día. Tengo cuatro jornadas por delante para aprovecharlas y disfrutarlas al máximo. Por hoy me despido de vosotros; un abrazo… “y mañana más”.

1 comentario:

  1. FILI ME ALEGRO QUE VAYAS MEJOR Y ESPERO QUE ESTE NUEVO CICLO TE SIENTE BIEN , QUE LA FIEBRE TE DE UN RESPIRO Y QUE EN BREVE ESTES EN CASINA E NUEVO... AH NO ESTARIA MAL QUE PROPUSIESES EN ATENCION AL PACIENTE DE CABUEÑES QUE INSTALEN ZONA WIFI ... QUE FALTA HACE... BESOTES MIL

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