Día XIX

Son las siete de la tarde de este domingo siete de noviembre cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy el día ha estado pasado por agua, con algunos chaparrones que anticipan lo que parece ser que nos espera para los próximos días.

Inicio estas primeras líneas justo cuando el Sporting ha acabado su partido en Almería. Al final, tras una primera parte con bastantes dudas en las que los andaluces se pusieron por delante, conseguimos sacar un puntito gracias a un golazo de Nacho Novo.

Tampoco fue malo el resultado por Alonso y su Ferrari en Interlagos –tercero tras los dos RedBull-, sobre todo después del quinto puesto del que partía. En RedBull no ha habido órdenes de equipo y ya veremos si no se arrepienten de ello porque sin duda hubiera sido mucho peor para los intereses de Alonso el que hubiera sido Webber y no su compañero Vettel quien ganara hoy la carrera. Ellos sabrán.

Anoche pasé una noche bastante tranquila, sin fiebre, gracias al paracetamol que me tomé a la una de la mañana. Había estado hasta esa hora viendo una película, que si os digo la verdad ni me acuerdo cuál fue, y luego leyendo en la cama hasta dar cuenta del libro que estaba leyendo. Así que hoy comenzaré el segundo de los libros de la trilogía que tengo entre manos: Las Legiones Malditas. Ochocientas páginas por delante en las que Roma seguirá intentando reponerse del acoso de Aníbal y recuperar de este modo su hegemonía.

Hoy llevo un día muy tranquilo. No veáis cómo se agradece tener un día de estos de vez en cuando. Y más si tenemos en cuenta que mañana me tocará pasar unas cuantas horas en el hospital. A ver si por lo menos volvemos con buenos resultados.

Este fin de semana he estado poniendo de nuevo inyecciones de Neupogen. La médico creía que a pesar de que mis defensas parecen querer empezar a remontar el vuelo, podría ser bueno darles un pequeño empujoncito adicional. Lo que espero también es que comiencen a recuperarse las plaquetas y evitar de este modo tener que seguir realizando transfusiones. De momento debo seguir con ellas muy bajas porque tengo bastantes puntitos rojos, como pequeños derrames, tanto en los brazos como en las piernas. Y ese es un síntoma claro de que las plaquetas todavía no están como debieran. Paciencia; ya irán subiendo. Hay que tener en cuenta que hoy se cumplen justo los quince días desde que me pusieron la última sesión de quimioterapia, así que tal vez esta semana la aplasia vaya paulatinamente desapareciendo, o al menos, mitigándose.

Hoy hemos estrenado para la comida ese impresionante almacén de pasta que tengo ahora, gracias a mi primo. Unos buenos tortiglioni con su salsita y unas albóndigas de carne me sirvieron como buen caldo de cultivo para la posterior siesta dominical. Para esta noche he controlado también el menú: unos calamares en su tinta, y de postre, arroz con leche casero, cortesía de mi suegra. Como para que alguien diga que no me cuidan bien.

En fin, que ha pasado otra semana, marcada por las fiebres que desde el martes me han dado la lata, pero en líneas generales podemos decir que seguimos más o menos el camino previsto. Ahora sólo nos queda esperar que esta próxima que mañana se inicia, sea un poquito mejor.

Bueno, como siempre os envío un fuerte abrazo recordando que… “y mañana más”.