martes, 2 de noviembre de 2010

Día XIV

Son las cuatro y media de la tarde de este martes dos de noviembre cuando comienzo a escribir el Blog. Acabo de dormir una siesta de una media horita larga que me ha hecho recuperar las fuerzas después de una mañana bastante agobiante.

Como sabíais a primera hora teníamos que estar en el Hospital de Día para la analítica que luego dictaminaría la necesidad o no de las pertinentes transfusiones. Este primer paso ya se retrasó en media hora puesto que mi mujer tuvo que pasar primero a por el volante por la zona de Consultas y allí todo estaba a tope. En realidad hoy todo el hospital era un hervidero de gente; se notaba lo del día festivo de por medio. De todos modos, nada más llegar como siempre hacen, me asignaron una cama de una de las habitaciones para que pudiera esperar echado tranquilamente.

Los resultados de la analítica llegaron como a la hora más o menos. La médico habló con mi mujer y le comentó que estaba bastante bajo de todo, algo por otra parte lógico teniendo en cuenta el momento en el que estoy de aplasia. Era por tanto necesario transfundirme tanto plaquetas como glóbulos rojos. En ese momento se cursó la orden al Banco de Sangre.

La aplasia si todo fuera más o menos según lo habitual en estos casos -aunque como siempre con la premisa de cada persona reacciona de forma distinta-, podría seguir presente hasta el próximo lunes, día arriba día abajo, momento en el cual mis cifras tal vez pudieran empezar a remontar, con lo que podrían evitarse las transfusiones. De momento lo que tengo ya segura es cita para este próximo viernes para un nuevo control y donde casi con toda seguridad, no haya todavía cambios reseñables.

La bolsa de plaquetas llegó en primer lugar cerca de las once y media. Una vez transfundidas, tuve que esperar a que llegaran los hematíes. Con éstos siempre se da el mismo problema –tanto en Oviedo como en Gijón- a la hora de conectarlos a la vía que te colocan nada más llegar, que por otro lado es el tipo de vía que hay, es decir, no hay otro. No me preguntéis cómo es posible pero la conexión de la bolsa de sangre –la de plaquetas es igual pero el problema no aparece con tanta frecuencia- no conecta perfectamente en la vía, por la sencilla razón que mientras ésta es de rosca, la que lleva la bolsa es de presión. ¿Resultado? Que se las ven y desean para que aquello quede estable y no desborde la sangre por la conexión al menor movimiento o simplemente por la velocidad con la que se transfunde la sangre. Me parece de verdad ridículo que un problema que existe y que tienen que sufrir y padecer -además del propio paciente- las propias enfermeras cada vez que les llega una bolsa de sangre, no sea solucionado. Como siempre imagino que el factor precio estará detrás de todo y no será ni mucho menos por las veces que las enfermeras hayan puesto el grito en el cielo ante semejante chapuza que las obliga a realizar auténtico bricolaje.

La sangre ya os había comentado en otro Blog que es necesario transfundirla de forma más lenta que las plaquetas –éstas pasan en apenas media hora-, con lo que para cuando acabamos eran más de la una. Habíamos estado más de cinco horas en el hospital. Yo además estaba bastante nervioso porque dado el overbooking generalizado del Hospital, se vieron obligados a meterme compañía en la cama de al lado, algo no muy aconsejable en mi estado de aplasia, aunque evidentemente yo iba provisto de máscara.

El tema es que cuando me quitaron la vía apenas apreté el tiempo justo sobre la herida antes de recoger todo y largarnos. ¡Cuál sería mi sorpresa cuando al llegar a casa y quitar la chaqueta me encontré con un bulto en forma de pelotita de golf en la zona donde había tenido la vía colocada! El susto como podéis imaginar fue importante porque nunca antes me había pasado, así que sin pensarlo, cogimos de nuevo el coche y nos volvimos para el hospital. Curiosamente para cuando llegamos y habiendo ido apretando todo el camino aquel bulto, la mayoría había desaparecido, aunque permanecía una ligera inflamación general y sentía la zona bastante dolorida. Nos comentaros que aquello había aparecido por no haber tenido la zona apretada el tiempo suficiente teniendo yo además las plaquetas tan bajas. Bueno, nos quedamos más tranquilos -y con la coplilla para otra vez- y después de que me curaran de nuevo la herida, nos volvimos otra vez para casa.

Así que ahora todavía tengo un ligero dolor de cabeza de tanto ajetreo, idas y venidas, aunque supongo que influirá lo suyo la puñetera aplasia. De momento podemos estar contentos de que no me haya dado fiebre, aunque sí es verdad que hoy me noto con alguna decimilla más que ayer, pero nada de importancia. Habrá que apretar los dientes hasta el finde, porque estoy convencido de que tal y como opinan los médicos, la próxima semana será mejor. Ese es mi objetivo más inmediato. Bueno, en realidad el más inmediato es que hasta el viernes pase ahora estos días tranquilos. Pasito a pasito.

Me gustaría comentaros que ayer tuve una bonita sorpresa protagonizada por una pareja de maravillosos amigos que viven en Valencia y que pasaban el puente en Asturias visitando a la familia de ella, que es de aquí. Y es que aunque sólo fuera para verme desde la calle, se acercaron hasta la casa de mis padres para que como digo, les saludara desde la ventana, dejándole a mi mujer un libro -con dedicatoria incluida-, que por supuesto leeré: Cuando Éramos Honrados Mercenarios, de Pérez-Reverte. Fue muy emocionante volver a verlos, aunque fuera así, de una forma tan distante pero a la vez tan cercana, después de que la última vez en la que habíamos estado juntos, apenas llevaba yo unos días de alta del trasplante y aun así, ya habíamos tenido tiempo para planear nuestro siguiente viaje a Valencia, allá por el próximo mes de Febrero. Habrá que dejarlo para más adelante, pero lo haremos. De eso no tengo dudas.

Y como no sólo os voy a dar la paliza con mis partidas al Parchís cuando gano, os confieso que ayer me tocó sentir en mis carnes la deshonra de la derrota. Hoy probablemente tengamos tiempo antes de cenar de retomar el cubilete.

Bueno, por hoy os dejo; como siempre os envio un fuerte abrazo para todos… “y mañana más”.

2 comentarios:

  1. hola tito pippo y compañia

    como va eso

    cada dia que pasa este blog va adquiriendo un cariz mas medico, en el cual vamos a tener que empezar a estudiar un poco de medicina para poder ir siguiendo el dia a dia, y tener el vademecum en "la oficina" junto al catálogo de ikea.

    Vemos que tambien viste donde esta el negocio, si,si, en esas conexiones de las bolsas de sangre, ya puedes ir ideando algo apropiado que seguro que estás adquiriendo buenos contactos a parte de los que ya tenias.

    y hablando de contactos, a ver si consigues uno en consultas, que eso de tener que esperar tanto tu a estas alturas no puede ser

    Y el bulto del brazo (no el biceps) es de lo más normal, alguna vez me pasó en un reconocimiento medico, debe ir en relacion a la competencia de la persona encargada en sacarte la sangre. Pero no te preocupes que a partir de ahora no se te olvidará nuncar el presionar un poco despues.

    un abrazo para los dos, (mejor uno para cada uno) no vamos ahora a escatimar en abrazos, que le den a la crisis, despilfarro

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  2. Hola Fili: Vaya ajetreo. Pero bueno, hay que ir paso a paso. Lo de las válvulas como dices, es un tema de precio y de proveedores. Pero bueno, ya pasó y un día más al pie del cañón. Imagino que cansado y cabreado, pero bueno, aguantando que no es poco, y a la espera de los resultados de la nueva visita a Cabueñes. Ayer el Valencia hizo un buen partido: lo escuché por la radio. Tú también estás jugando muy bien tu partido. En la grada seguimos animando, Aupa Fili. HONOR Y FUERZA.

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