Día XVIII

Son las seis y veinte de la tarde cuando comienzo a escribir las primeras líneas de este Blog, en un sábado seis de noviembre, nublado, pero al final con menos lluvia de la que habían previsto. Por lo menos hasta estas horas; ya veremos lo que pasa durante la noche.

Para lluvia la que ha caído en el circuito de Interlagos donde hace apenas media hora que han finalizado los entrenamientos del GP de F1 y donde Alonso únicamente ha podido clasificar su Ferrari en quinta posición. Por delante del asturiano han quedado sus rivales por el título, pero por encima de todos ellos, se ha colado un sorprendente Hulkenberg, quien con su Williams, ha dado la mayor sorpresa de toda la temporada haciéndose con una pole increíble. Me alegro por el joven piloto alemán, un talento en ciernes que no acababa de explotar. Para mañana, con estos ingredientes, la carrera se presenta más emocionante si cabe, y por enésima vez gran parte del resultado final dependerá de lo que suceda en la salida. Ahí creo que Alonso debe ser cauto y esperar que entre los dos RedBull y el McLaren de Hamilton armen alguna; las posibilidades son realmente muy elevadas. Alonso es el líder del mundial y debe jugar con esa ventaja. Todo lo que sea acabar en el podium será un buen resultado de cara a la última carrera.

La pena es que la carrera es a las cinco, justo cuando juega el Sporting, así que mañana habrá que dividir un poco la atención, aunque si os soy sincero, no sé por qué me temo que merecerá bastante más la pena ver la carrera. De todas formas creo que al final optaré por poner el portátil en el salón para ver aunque sea con un rabillo del ojo el partido, mientras por la tele seguiré la F1.

Y sobre el día de hoy la verdad es que poco que comentaros. La noche la pasé regular, con fiebre a partir de las tres y pico de la mañana que hizo que me tuviera que acabar poniendo unos paños fríos para ayudar a bajarla, cosa que conseguimos como hacia las cinco. Estaba luego tan cansado que dormí casi del tirón hasta las diez y media que me levanté ya a desayunar.

Pasé luego una mañana aceptable, pero de nuevo, hacia la una comenzó a subirme la fiebre. Tomé entonces el paracetamol pero los escalofríos que tenía me advertían que me venía una “de las buenas”. Y así fue. A las cuatro todavía tenía 38,3 y sólo entonces comenzó a bajarme, gracias de nuevo también en parte a unos paños. Pero para que veáis, a estas horas que os escribo apenas sobrepaso los 37, así que me encuentro muy bien, pero también estoy tan convencido como resignado que hacia las siete y media u ocho comenzará una nueva subida. Es lo que hay y toca pasarlo lo mejor posible. Sobre todo toca aprovechar estos buenos momentos del día para hacer cosas que me gustan, como por ejemplo escribir este Blog. O echar un Parchís…

Ayer os hablaba del pedazo regalo que me había enviado mi primo desde Bruselas en forma de cargamento de pasta, tomate y productos italianos varios, y cómo en broma comentaba que el destinatario debería haber sido su hermano, que para eso era su cumpleaños. Pues hoy éste ni corto ni perezoso me ha enviado otro regalo: una reproducción a escala del F10 –el mismo Ferrari que llevan este año Alonso y Massa- teledirigido para que así, como me dijo por mail, no tenga que montar el Scalextric para ver un coche corriendo por casa. Mañana sin falta me marco unas derrapadas con él por el pasillo. ¡Ah! Y por si fuera poco, también me metió un decimillo de lotería, que sabe él que soy de los que ya empieza a hacer acopio para la Navidad. ¡Madre! El año pasado no sé ni lo que gastaría en décimos de lotería. El hecho además de haberme pasado viajando por trabajo por tantas provincias no ayudó lo más mínimo a contener mi vicio, porque no hubo restaurante en el que cenara o comiera en el que no cayera un décimo. Tenía así décimos de Ávila, Segovia, Palencia, León, Zamora, Vigo, Santiago, Coruña… Y por supuesto de aquí ni os cuento. Creo que el resultado fue que saqué la pedrea en uno o dos –ni lo recuerdo- y en algún otro lo jugado. Un desastre total, vamos. Pero es la tradición y tampoco ahora voy a cambiarla. Luego es verdad que durante el año apenas juego nada. Más en apuestas de deporte por Internet que en otra cosa, donde sí que puedo decir que he conseguido bastantes más beneficios. Con el Mundial de España en Sudáfrica por ejemplo me llevé un buen pico, lo mismo que con la victoria de Vicenio Nibali en La Vuelta. Son corazonadas que de repente me dan. Ahora me lo he apostado todo a que voy a curarme y tengo también la misma corazonada de que voy a ganar. Esa sería la mejor lotería que podría tocarme. ¡Qué digo podría! ¡Es que me va a tocar seguro!

Bueno, que es sábado y algunos de vosotros estaréis ya preparándoos para salir a disfrutar de la noche. Que los fines de semana no sabe uno cómo es pero pasan más rápido que el resto de días, y cuando te quieres dar cuenta, ahí estas otra vez, de lunes. Me despido de vosotros con un fuerte abrazo mientras en mi portátil suena Oh Happy Day!!!, pero recordad que… “y mañana más”.