viernes, 19 de noviembre de 2010

Día XXXI

Son las cuatro de la tarde cuando comienzo a escribir el Blog, en este viernes diecinueve de noviembre. Estaba plácidamente hasta hace bien poco durmiendo la siesta pero una llamada de teléfono me provocado una siesta interruptus. Esto en mi casa era algo que no me pasaba, porque me cuidaba muy mucho de apagar el móvil y quitar el sonido al fijo, pero aquí en casa de mis padres el fijo que no se puede insonorizar. Habrá que desconectarlo directamente la próxima vez y así se acabó el problema.

Lo peor es que si ya de por sí despierto de mal humor de la siesta, cuando encima me la cortan a la mitad, ni os cuento. En fin, aprovecharé para escribir el Blog y seguro que en cinco minutos se me habrá pasado el mosqueo. Un poco de música relajante ayudará también a ello.

Anoche dormí bastante bien, aunque esta mañana desperté a eso de las seis con algunos síntomas que me hicieron entender que la fiebre quería darme los buenos días; así que preferí no comprometer las primeras horas del día, me tomé un paracetamol y seguí durmiendo como si nada. Para cuando me levanté pasadas las nueve apenas superaba los 37 con lo que quedaba claro que había evitado con éxito una de esas crisis que a diario me dan, y que tanto me incomodan. Punto para mí en esta ocasión.

La mañana por lo demás ha transcurrido tranquila. Primero me he dedicado como de costumbre a responder a los correos que se me van acumulando, y a ponerme un poco al día leyendo los periódicos online. Luego estuve jugueteando con el Ipad hasta que llegó la hora del ejercicio diario. Hoy he subido a sesenta vueltas, lo que si mis cálculos no se alejan mucho de la realidad, representarían unos 1800 metros aproximadamente. Parece mentira que uno pueda llegar a caminar tanto sin salir de casa, ¿no? Bueno, y sin tener un palacio, claro, que por supuesto no es el caso. Esto me ha venido a la cabeza por la dichosa boda que nos están metiendo estos días por las narices del heredero a la corona inglesa. Puedo imaginarme el “caserón” al que se irán a vivir los futuros consortes.

Bueno, siguiendo con mi agenda del día, después del ejercicio llegó la hora de la ducha, que aproveché para echar después un poco de Trombocid por los brazos, a ver si consigo bajar un poco los renegrones de cara a la próxima semana. No os había comentado que la primera intención de la hematólogo era colocarme una especie de catéter central unido a un reservorio para evitarme los pinchazos en los brazos, pero vamos, le dije que mientras tuviera venas en las que colocar vías, que ni se me pasaba por la cabeza lo del reservorio. Creo que es una posible fuente de infección innecesaria y otra cosa no, pero venas tengo todavía para no tener que recurrir a algo que aunque mínimamente, no deja de ser un procedimiento invasivo, con los consiguientes riesgos de infección. En fin, ya veremos para el futuro, pero creo que por esta ocasión he librado. Sería importante que mis plaquetas espabilaran de una vez porque con ello los moratones desaparecerían, pero está claro que a corto plazo esto va a ser complicado porque volveremos a la aplasia y será como volver a empezar. Lo único es que tal vez en esta ocasión la médula quede algo ya más limpia del linfoma, lo que le permita aun estando todavía muy tierna como está, producir en mayor cantidad plaquetas.

Al mediodía comí un buen plato de pasta con su rollo de carne de segundo. Me he puesto las botas y de verdad que creo que lejos de perder peso, he ganado algo en este mes que llevo en casa de mis padres. Además sigo complementando mi dieta con algún caprichillo que de vez en cuando me doy, como ayer con unos mazapanes después de la cena o con unas marañuelas para merendar.

¡Ah!, no quiero que se me olvide para que luego no penséis que os oculto mis derrotas: anoche mi mujer me dio una buena paliza al Parchís. El consiguiente rebote que me pillé es la prueba más fehaciente de que mi estado mejora día a día. Después de cenar estuvimos viendo una película que echaban por Antena3, Hollywood, departamento de homicidios, con Harrison Ford. Yo como siempre compaginé el ver de reojo la película -que ya había visto hace tiempo- con seguir leyendo mi libro de romanos.

Hoy por la mañana no sé a cuento de qué, mientras caminaba y escuchaba música, me vino a la cabeza cuál había sido mi primer concierto de música al que había asistido en mi vida. Y la verdad es que fui incapaz de recordarlo. Lo cierto es que de chaval en mi pandilla no éramos mucho de ir a conciertos. De aquella nos iba más ir al cine, cuando todavía existían los clásicos María Cristina y Robledo. O lo mismo es que a Gijón no venían grandes grupos que nos llamaran la atención o que se ajustaran a los gustos que teníamos a aquella edad. Más tarde sí que me aficioné a los grandes conciertos y así pude ver por ejemplo a los Rolling en aquella gira en la que Gijón era la única cita española. Fue un 22 de Julio, día de mi cumpleaños. Lo mismo que luego vi a Bruce, a Bon Jovi, y a otros tantos que pasaron por aquí, como aquel concierto genial de Bryan May en el teatro Jovellanos. El no haber podido ver a Queen en directo –mi grupo favorito de siempre- con Freddie vivo ha sido una de mis grandes frustraciones. En parte lo superé yendo a Londres a ver en HydePark la actuación que los dos componentes de Queen, Bryan May y Roger Taylor, junto con Paul Rodgers como cantante, dieron en la capital inglesa. Recuerdo que la fecha inicial fue justo el sábado siguiente al que se produjeron los atentados en Londres. Eso hizo que se cancelara el concierto y se aplazara una semana. Afortunadamente no tuvimos problemas con los billetes de avión y una semana después estábamos viéndolos en directo. Fue fantástico. Luego repetimos cuando vinieron a Madrid, al Palacio de los Deportes, en el 2008. Precisamente en Madrid, y en el mismo recinto, presencié mi último concierto hasta la fecha, el de Eros Ramazzotti. Fue el día de San Valentín de este año, cuando la enfermedad sin yo tener la menor idea, estaba ya presente.¡Un momento!, ahora que caigo: no fue el de Eros, fue el de Fito&Fitipaldis en Gijón a finales del mismo mes de Febrero. Bueno, da igual: ahora no me queda más que confiar en curar para cuanto antes volver a disfrutar del placer de un buen concierto en directo.

Bueno, que por este Blog ya ha estado bien. Además es viernes y seguro que tenéis un montón de planes, así que no os entretengo más. Disfrutad del finde… “y mañana más”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario