martes, 15 de noviembre de 2011

Génesis Día 137

Aproximándonos a las dos y cuarto de la mañana de este martes quince de noviembre doy inicio al Blog. Y dado que ayer nos fuimos a dormir después de despachar -así se diría en el argot para referirnos a finiquitar, a liquidar...- la segunda temporada de Los Soprano, para acompañarme en estas primeras líneas, he escogido precisamente la banda sonora de la espléndida serie producida por la HBO.

En cuanto acabe con el blog, me pondré a hojear las primeras ediciones de algunos periódicos y luego, quién sabe, lo mismo repito mi truco de ayer cuando me puse a leer la documentación del master y a la media hora estaba otra vez entregado al mundo de los sueños. Sueños que por otro lado siguen siendo bastante placenteros, aunque alguno de ellos ciertamente muy raro, y en la mayoría de los casos siendo plenamente consiciente de que estoy soñando. Tal vez por ello despierto con tanta facilidad. Pero aun así doy gracias porque raras son, muy raras, las pesadillas.

Del día de ayer comentaros que lo más interesante de la mañana fueron las casi dos horas que me pasé en el banco. Lo digo en serio, pero tiene truco el tema: las pasé en compañía de una prima mía que trabaja en él. El tema está en que con todos mis gastos, un banco se me queda pequeño y necesitaba otro para dar rienda suelta a todos mis caprichos. Lo malo es que como cualquier banco como no tengas la libretita llena, me temo que lo de gastar lo llevas igual de crudo. Pero bueno, bromas aparte, de verdad que nunca me sentí tan a gusto en un banco, cuando por lo general mis visitas a él, son para protestar sobre alguna comisión de más, o fuera por lo que fuera, siempre acababa hasta las narices con tanta cola de una parte del mostrador y con tanta parsimonia de la otra.

El resto de la mañana aunque no lo creáis, me lo pasé colgado al teléfono intentando solucionar un problema con mi móvil, que por la razón que fuera, no recibía sms. No sé, debe ser todo supercomplicado, porque de lo contrario no se entiende que tuviera que llamar como cinco veces hasta dar con una persona que me solucionó el problema. Y para que nadie me acuse injustamente de lo que no soy, no haré comentarios sobre las dificultades que a veces tengo para comunicarme con ciertas personas en los callcenters de asistencia, cuyo castellano roza límites que no llego a alcanzar o comprender, lo que consigue que todavía me estrese más.

Volví a comer con mis padres, como siempre con muy buen apetito, y tras una aceptable siesta retomé la lectura de los periódicos saboreando un buen té hasta que llegó la hora de irse a Oviedo para la sesión diaria de radio. De nuevo todo fue sobre ruedas -empezando por el viaje en el que fuimos concretamente sobre cuatro; chiste malo, perdón-. Pero en serio, la única dificultad que encontramos fue que el aparcamiento estaba a tope, y encima dimos con un estúpido -por no pasarme con el calificativo- al que en el fondo agradezco su actitud porque sirvió para que descargara un poco de adrenalina, que no me viene mal. El tipo se había plantado en mitad del carril del aparcamiento sin dejar pasar a una parte de éste a la espera de que en él quedara libre alguna plaza. ¡Coño!, te echas a un lado, dejas paso y si te coincide uno que sale pues lo aprovechas y si no, te... La suerte fue que justo cuando "educadamente" le trataba de hacer caer en la cuenta de su comportamiento absurdo, vi cómo justo por el lateral del aparcamiento que no tenía bloqueado, salía un coche, con lo que a por él me fui de cabeza, dejando al especimen en cuestión con sus espumarajos en la boca y su coche en mitad de la nada, mientras yo aparcaba tranquilamente el mío. De verdad que como decía aquel torero: hay gente pa tó.

Pero lo que fue el tratamiento en sí volvió a ser muy rápido y sin incidencias. Tanto fue así que teniendo cita a las ocho menos cuarto, a las ocho estábamos ya saliendo por la puerta. En cuanto a efectos secundarios de momento lo único que podría mencionaros es que tengo quizás la garganta más reseca de lo que ya de por sí la tenía, así que me paso el día bebiendo, algo que por otra parte me viene muy bien por el tema del riñón.

Hoy me toca volver a la misma hora, pero el resto del día lo tendré libre. Mañana sí que me tocará doble sesión con analítica y consulta de radio por la mañana y el tratamiento por la tarde. Y el jueves repetiría con la consulta de trasplante por la mañana y de nuevo la radio por la tarde. Bueno, paciencia, que lo importante es el objetivo que vamos a lograr seguro. Si os digo la verdad, y aunque ni yo mismo me lo crea, diría que el ganglio ha disminuido en parte con estas primeras tres sesiones que llevo realizadas. Así que hasta veintidós que tengo programadas...

Me despido de vosotros ahora, que tengo ganas de leer en la prensa cómo han valorado el primer día de Gobierno del nuevo Primer Ministro italiano, Mario Monti, apodado como Supermario. Y es que como era de esperar su efecto a corto plazo apenas ha resistido el primer día. Tal vez alguno pensaba que era Papá Noel y no Supermario el que venía a solucionar los problemas del país transalpino. Pero bueno, yo confío en que a medio plazo -el largo no se lo puede permitir- puedan acometerse las medidas necesarias que devuelvan a la tercera economía de la UE del coma profundo en el que ahora se haya.

Así que in boca al lupo signore Monti -que es como se desea suerte en italiano-, que la va a necesitar en esa bañera plagada de piráñas que es el Parlamento italiano. Yo por mi parte, le saludo además como al resto de los aquí presentes, deseándole un muy provechoso martes... "y mañana más..."

2 comentarios:

  1. hola tito pippo
    no tengas tanta prisa en leer las primeras ediciones que a este ritmo te vas a encontrar que todavía no las pusieron.
    Aunque tambien podrías aprovechando tu insomnio, crear "la gaceta de tito pippo" en la cual pongas las noticias más importantes, resumidas, el titular y poco más, y así salimos ya de casa totalmente informados de las noticias del día.

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  2. Te pillé!!! Esa maravillosa compañía telefónica ¿es pública? NOOOOO es una de tus fantásticas empresas privadas cuya gestión tanto defiendes y que de siempre se presentaron como que iban a acabar con el monopolio de TELEFONICA. Una porra!!! El capitalismo no siempre funciona y la telefonía móvil es un ejemplo. Gestione quien la gestione siempre NOS ROBAN. Además los contratados suelen serlo por una porquería de dinero y asi los costes son bajísimos... para la compañía claro, para nosotros no. Ejemplo de que la privatización no arregla el mundo ni asegura calidad de servicio. Al menos no siempre...Besotes y a seguir con ánimo.

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