jueves, 3 de noviembre de 2011

Génesis Día 125

Pasadas las cuatro y media de este jueves tres de noviembre, doy comienzo al Blog. Os confieso que llevo ya un buen rato despierto, pero es que tenía en la cabeza algunas ideas para un pequeño trabajillo que voy a realizar -no remunerado por supuesto, que nadie vaya acusarme de economía sumergida- y no me he podido resistir a plasmarlas en papel, o mejor dicho, en pantalla táctil. Así que acompañado ahora por uno de mis grupos favoritos durante mi adolescencia, Simply Red, os resumo un poco como de costumbre el día de ayer.

Pero permitídme antes, no vaya a ser que luego se me pase, que os vuelva a dar las gracias a todos y cada uno de vosotros por seguir ahí, leyendo cada día estos posts que a veces parecen más sermones en la montaña, preocupándoos por mi estado y regalándome  todo vuestro cariño y apoyo. Sin él a estas alturas seguro que no estaría escribiendo estas elucubraciones mías, que no dejan de ser eso. Y traigo esto a colación hoy que probablemente superemos las cien mil visitas al Blog, que aunque a uno no dejen de resultarle gratificantes, lo que más le llena es saber que si hubiera un contador de calidad de las visitas en lugar de cantidad, el primero ya le habría dado mil vueltas al marcador, como en aquellas máquinas de petacos -que llamábamos-, y que tanto nos gustaba alardear en ellas de nuestra maestría al manejar aquellas bolas de acero. ¿Véis?, ya me estoy yendo otra vez por los cerros de Úbeda...

Intentaré por una vez ceñirme al guión y de este modo os comento que ayer la Consulta en el HUCA fue tal y como esperaba. Porque uno al final siempre tiene ese feeling que le hace casi adivinar lo que le van a contar. Y ayer no fue la excepción. Para comenzar con buen pie, el tiempo de espera fue más que razonable, lo que siempre es de agradecer. Pero lo verdaderamente importante fue comprobar que mis valores hematológicos se han repuesto en parte, de forma que por ejemplo la hemoglobina vuelve a rozar los nueve puntos, con buenas perspectivas de seguir acercándose a valores casi normales, al disponer de un depósito de reticulocitos -los precursores de los glóbulos rojos- considerable según la propia analítica. Además ayer me pusieron una nueva inyección de EPO, con lo que estoy convencido de que en este apartado iré bien servido durante una temporada.

Pasando a las defensas, al haber elminado el medicamento contra el Citomegalovirus -del que no hemos tenido más noticias-, se han ido también recuperando, ayudadas si duda por las inyecciones de Neupogen que en cualquier caso vamos a pasar a reducir su aplicación de una cada veinticuatro horas a una cada setenta y dos. Veremos si soy capaz así de mantenerme en los actuales valores. Pero no sólo las defensas parecen haberse beneficiado del no tener que tomar más el medicamento de marras, sino que también el riñón, para el cual era altamente tóxico, lo ha agradecido sobremanera, de tal forma que mi nivel de creatinina ha descendido notablemente.

Para acabar dejo a nuestras amigas las plaquetas, que como siempre os digo, van un poco a su onda. Pero es de lo más normal. Ayer sin ir más lejos había tres personas en el Hospital de Día sometiéndose a transfusiones de plaquetas. Yo, con mis apenas cuarenta mil casi que soy un privilegiado.

De lo que me enteré ayer y en lo que estaba confundido, es de que no hay revisión especial a los 180 días, sino que seguiremos con los controles rutinarios y la madre de todas las revisiones la haremos al año. Eso me ha dejado un tanto descolocado respecto al plan de vacunas, pero ya me enteraré bien y os dio.

Y hablando de madres, comentaros que a la mía ya le han retirado todos los puntos de su intervención de prótesis de cadera y la tengo hecha un auténtico cañón manejando las muletas como si fuera estrella del Circo del Sol. Me resulta gracioso además el hecho de imaginármela dirigiendo a mi padre para que sea éste quien cocina. Lo mismo estamos ante el descubrimiento de lo que podría haber sido un brillante chef. 

¡Ah!, de la radioterapia seguimos sin noticias, por lo que me parece que una vez más habrá que recurrir a la coletilla de que "probablemente comience la próxima semana".

Volviendo a mi vida social, por la tarde comimos de nuevo en Quintes. Hubo tiempo para la siesta pero también para alguna que otra tarea en el llagar. Si todo va conforme a lo previsto para este viernes toda la sidra estará reposando en los toneles y no quedará más que controlarla de vez en cuando para observar su evolución. Esto que acabo de escribir no es sino un modo eufemístico para referirme que lo que nos tocará sera cada equis tiempo realizar catas para enfrascarnos en las discusiones de todos los años sobre qué tonel dará la mejor sidra. A partir del tercer o cuarto culín yo particularmente no noto diferencias sustanciales, pero da igual: catar, ¡vaya si hay que catarlos!

Todavía antes de la cena tenía un tema pendiente por el que tenía que pasar por la empresa. Fue una sorpresa el encontrame aún en la oficina bien pasado el horario de trabajo a parte del equipo con el que trabajaba de forma más estrecha. Si es que a currantes no los gana nadie; no nos ganaba nadie.

Despedimos el día así pues con una buena cena, que sólo de pensar en ella me están entrando ganas ya de levantarme a desayunar, y tras ella, decidimos sabiamente pasar del fútbol y vernos un par de episodios de Hermanos de Sangre, a mi juicio la mejor serie bélica jamás filmada. Merece la pena. Son diez capítulos, a los que luego se podrían añadir los de otra serie paralela, The Pacific.

Y basta ya por hoy, que a ver si consigo dormitar algo hasta las siete. Un fuerte abrazo a todos... "y mañana más..."

1 comentario:

  1. Hola Fili: Cómo me alegra leer que los resultados de la analítica son buenos, y que ya no tomas ese medicamento contra el citomegalovirus. Que siga la racha. Esa serie bélica es muy buena. Estuve navegando por internet para profundizar en la vida de alguno de sus personajes y resulta fascinante. Y tú también eres fascinante Fili, sigue así. HONOR Y FUERZA

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