lunes, 7 de noviembre de 2011

Génesis Día 129

Son algo más de las tres y media de la mañana de este lunes siete de noviembre cuando comienzo a escribir el Blog. Anoche a las once estaba totalmente KO en el sofá, así que teniendo en cuenta de que me habré despertado ya luego en la cama dos o tres veces, creo haber superado las cuatro horas de sueño. Vamos, que sigo en mi media habitual. Aun así como siempre os digo, me siento como si hubiera dormido diez, de modo que si por mí fuera, ahora mismo saltaría de la cama y me iría a dar un buen paseo. Pero tranquilos, que no me iré a ninguna parte; sé también disfrutar de estas horas de tranquilidad máxima, acompañado de algo de música, y con la botella de agua siempre a mano, porque el tema de tener que beber mínimo tres litros diarios no ha cambiado. Por lo general, para cuando me levanto, ya he bebido más de un litro de agua, así que un tercio del "trabajo" lo tengo hecho.

Ayer tuvimos un día pasado por agua, algo generalizado en casi toda la Península, por lo que por la mañana, me quedé tirado en el sofá viendo las carreras de motos que se celebraban en Valencia, última prueba del Mundial, y donde todo el protagonismo aparte de para el local Terol, coronado campeón del mundo en 125cc, fue sin duda para Marco Simoncelli, quien recibió el homenaje por parte de todos los presentes después de su trágico fallecimiento en la anterior carrera. Se vivieron así momentos muy emocionantes, pero siempre con la alegría con la que el propio Marco hubiera deseado que le despidieran. Yo, llegado el momento, digamos dentro de unos cincuenta años, desearía que me dijeran adiós con una espicha o fiesta por todo lo alto, en la que las risas y la alegría por todos los buenos momentos vividos fueran las protagonistas. Son formas de ver las cosas.

Volviendo a la mañana, aprovechando un momento justo antes de la comida en el que la lluvia nos dio un poco de tregua, nos fuimos mi mujer y yo a tomar algo por el barrio. No fue fácil encontrar un sitio porque entre el tiempo y que el Madrid estaba jugando, todo estaba a reventar. Aun así logramos nuestro objetivo y disfrutamos de nuestro vermuth dominguero mientras veíamos de reojo cómo el equipo merengue aplastaba a un inoperante Osasuna. Se ve que el plato de pasta con el que decían que iban a desayunar fue más efectivo que un bote de espinacas para Popeye.

Y hablando de pasta, llevaba tiempo picando a mi padre con que no me preparaba una pizza en condiciones, de modo que herido en su orgullo napolitano, ayer nos obsequió con una de sus impresionantes pizzas caseras. Os garantizo que no probaréis algo igual en ninguno de los numerosos restaurantes italianos que se encuentran en la ciudad. Sencillamente de diez.

Acabamos de comer casi con el tiempo justo para ponernos a ver a nuestro querido Sporting, que a las cuatro saltaba al campo de la Romareda para enfrentarse al Zaragoza, arropado en las gradas por más de dos mil sportinguistas, entre los que se hallaban los miembros de la Peña Casa Kilo de Quintes, a la que pertenecía antes de caer enfermo y en la que siguen apuntados mis suegros que ayer andaban por tierras mañas. Tengo que admitir que me costó seguir el inicio del partido por la enorme panzada que tenía, pero el primer gol del Zaragoza hizo que se me pasara toda la modorra al instante. Del cabreo pasé luego a la emoción de ver cómo le dábamos la vuelta al marcador para acabar el partido echando pestes por dejarnos empatar en el tiempo de descuento. Así es nuestro Sporting: como la maldita caja de bombones de Forrest Gump.

Como el día seguía siendo como para no salir de casa, lo que hice fue dar un "paseo" en la cinta de andar durante media hora. De paso quité así parte de la mala leche con la que me había quedado después del partido. Hoy os prometo que sin falta me enchufo a la wii y empiezo a hacer algo de ejercicio más intenso. Veréis que me encuentro con que no tengo pilas en la Tablet Fit y me quedo con las ganas.

Antes de la cena y retomando viejas costumbres, mi mujer y yo echamos mano del Parchís. ¿Ya lo echabais de menos, verdad? Fue sólo una partida donde la Reina del Cubilete demostró el porqué de su nombre derrotando a un Duque un tanto oxidado, que como era de esperar, aceptó la derrota con su habitual estoicismo y "deportividad", o lo que es lo mismo: volaron dado y cubilete por la cocina...

Y después de una cena a base de tostas variadas recién hechas al horno, nos pusimos con un nuevo episodio de Los Soprano. Cada vez me gusta más ese Tony Soprano, el jefe del negocio. Es todo un personaje, cien por cien auténtico.

Como os comentaba al empezar el blog, muy pronto me entró el sueño, así que justo al acabar el capítulo, coincidiendo con el descanso del Getafe Atlético de Madrid, nos fuimos a dormir. Esta mañana me toca además analítica a primera hora en Oviedo, así que saldremos sobre las ocho en dirección a la capital. Pasado mañana martes, será cuando tenga la consulta, y en cuanto al inicio de las sesiones de radio por lo del ganglio, espero que de una vez por todas me digan cuándo empezamos.

Nada más que deciros por este lunes, inicio de una nueva semana. ¡Ah, sí! Sólo para que quede constancia de la fecha: ayer en el desayuno dimos oficialmente el pistoletazo de salida a la degustación de postres navideños con la apertura y por supuesto degustación del primer Panettone que ha caído por casa. Como primera toma de contacto no estuvo mal...

Os deseo a todos una feliz semana... "y mañana más..."

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Una lástima lo del Sporting, pero seguimos fuera de la zona de descenso. Como el pasado año, la emoción en la Liga no está en quien la ganará, sino en quién se salvará. El Sporting tiene que salvarse, aunque sea en la última jornada y sufriendo. Por aquí no deja de lloviznar, y ya hemos encendido la calefacción. Disfruta de esta vitalidad que te llena. Un abrazo. HONOR Y FUERZA.

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  2. ¿Cuándo nos harás una recomendación de las mejores marcas de Panettone? Yo las pocas veces que lo he comprado lo he encontrado algo seco. ¿Es asi o es que hay calidades diferentes? Espero tu consejo experto. Besitos.

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