viernes, 29 de abril de 2011

Día CXCI

Son las nueve y media de la mañana de este viernes veintinueve de abril cuando comienzo a escribir el Blog. En la tele tengo puesta la BBC que en estos momentos están emitiendo los prolegómenos de la boda real que hoy se celebra en Inglaterra. En la Abadía de Westminster comienzan a verse los primeros invitados ocupando sus lugares para la ceremonia. La historia dice que la abadía fue construida entre 1045 y 1050 por obra del rey de Inglaterra, Eduardo el Confesor, quien se vio obligado a ello como penitencia impuesta por el mismísimo papa al haber faltado a un voto en el que el rey había prometido realizar una peregrinación. Desde la coronación de Guillermo el Conquistador en 1066, todos los monarcas ingleses han sido coronados en la catedral, con la excepción de Jane Grey –reina de Inglaterra durante nueve días-, Eduardo V –quien llegó al trono con 12 años- y Eduardo VIII –quien nunca llegó a ser coronado, abdicando antes, para poder contraer matrimonio así con una dos veces divorciada, la estadounidense Wallis Simpson-. Además de coronaciones, por supuesto no han faltado bodas –ni funerales- en esta antiquísima abadía. Hoy toca boda.

Por lo que se refiere al día de ayer, lo cierto es que fue bastante intenso y sobre todo, muy divertido. Por la mañana tuve ocasión de conocer personalmente al delegado de AEAL –la Asociación Española de Afectados por Linfomas, Mielomas y Leucemias- en Asturias. Después de mantener un contacto continuo por mail decidimos quedar un día para conocernos y charlar un rato. Aprovechamos el buen tiempo que hacía para dar un paseo de lo más agradable, de modo que la hora y media que estuvimos conversando mientras caminábamos pasó volando. Hemos quedado en vernos de nuevo antes de que tenga que ingresar.

Después de comer tenía otro compromiso social, en este caso con algunos compañeros de la oficina. Fue también de lo más agradable volver a encontrarme con ellos después de tanto tiempo sin vernos. Como les comentaba medio en broma, ha habido tantas incorporaciones en la oficina que cuando vuelva no sé si conoceré a la mitad de la gente, o si sabré siquiera llegar a mi mesa. Bromas aparte, es un apoyo muy importante para mí saber que tengo gente ahí esperándome y que harán que cuando vuelva, a pesar del tiempo trascurrido, harán que me sienta como si sólo hubiera sido un fin de semana fuera de la oficina.

Ya de nuevo en casa, estuve echándole un ojo a mi nuevo “juguete”: un disco duro multimedia de dos terabytes que justo ayer me había llegado, ya lo que había comprado como todo, por internet. El anterior que tenía, de un tera, se me había quedado pequeño, así que de cara a llevármelo al hospital opté por comprar uno con más capacidad. Con dos teras prácticamente puedes almacenar entre 1500 y 2000 películas. Creo que con eso debería tener suficiente...

Ayer también recibí otro paquete enviado por una buena amiga de la infancia, que conocedora de mis aficiones por las hierbas –las legales, que nadie piense mal- me ha enviado un par de auténticas delicatassen. Una de ellas, el Karkadé, la había probado hace tiempo y me había encantado. Es una planta –un hibisco concretamente- que pertenece a la familia de las malváceas y es muy popular en algunos países del Medio Oriente sobre todo en Egipto. Tiene multitud de propiedades beneficiosas para el organismo que serían imposibles de detallar todas aquí, además de poseer una importante concentración en vitamina C.

¡Ah!, como era de esperar ayer cambió mi suerte al Parchís. Por fin logré ganar una partida con lo que el marcador semanal se sitúa en un tres a uno en mi contra. ¿Habrá remontada? Que nadie tenga la más mínima duda de que lo intentaré con todas mis fuerzas. Aunque para remontada la que vimos ayer en Oporto en el partido que enfrentaba a los portugueses y al Villarreal. Se adelantaron los amarillos con un gol de Cani al borde del descanso, pero una segunda parte estratosférica de los lusos produjo una auténtica hecatombe deportiva: cinco a uno para el Oporto y pie y medio en la final. Una pena. Con todo, y como era de prever, el partido resultó cien veces más divertido que el que habíamos visto el día anterior.

Y nada más por este viernes. Toca disfrutar de estos próximos tres días de fiesta, que a partir del martes me viene una semana con visitas todos los días al hospital. Se acabó lo bueno, podemos decir. En fin, lo llevaremos lo mejor posible y como siempre con mucho optimismo. De momento no me queda más que desearos un muy buen fin de semana a todos… “y mañana más”.

1 comentario:

  1. Hola Fili: Optimismo, sí señor. Así hay que afrontar todos los partidos. Seguro que después de recibir tantos ánimos de tus amigos, podrás superar esta nueva prueba con energía. Y creo que no serán necesarias 1.500 películas... exagerado. Entre libros, correos electrónicos, internet, juegos, pachís... no tendrás tiempo ni para ver 20 películas. Y en lo del parchís, y teniendo como rival a la Reina del Cubilete lo tienes como el Villarreal, pero bueno, todo es posible. Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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