martes, 26 de abril de 2011

Día CLXXXVIII

Son las once en punto de la mañana de este martes veintiséis de abril cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy es el día en el que muchos de vosotros habéis tenido que volver al trabajo después de unas más que merecidas –aunque cortas- vacaciones. De todas formas no os deprimáis, que este próximo fin de semana viene con un día extra, al pasar la festividad del Uno de Mayo que cae de domingo al lunes –recordar además que es el Día de la Madre-.

Ayer volvimos a subir a Quintes justo después de que escribiera el blog. El tiempo no es que fuera demasiado bueno, pero aun así nos gusta salir de la ciudad siempre que podemos. Es una forma de desconectar de lo que haces todos los días. Esta semana ya tendré tiempo de pasear por aquí, aunque para ello a ver si mejora un poco el tiempo. Eso decían al menos que iba a pasar. Por ahora el día está nublado y la temperatura no pasa de los dieciséis grados.

Luego, por la tarde, ya en nuestra casa, dimos inicio a nuestro campeonato semanal de Parchís y por primera vez en unas cuantas semanas, comienzo con derrota. Bueno, igual eso significa que la acabo ganando. Por cierto, que no hace falta ni recordar que en lo deportivo el plato fuerte de la semana lo tenemos mañana con el tercer "partido del siglo" en diez días. ¿Un pronóstico? Me lo guardo si acaso para mañana. Hoy lo que toca es ver ese Manchester siempre poderoso contra la auténtica sorpresa de la competición, el Schalke04 de Raúl y compañía. Cuidado que los alemanes vienen con la moral por las nubes después de su exhibición frente al Inter.

No os comenté ayer que ya he acabado el libro que estaba leyendo, La Mano de Fátima. De verdad que os lo aconsejo, porque aunque a alguno le puedan asustar sus casi mil páginas, se hace muy ameno y de fácil lectura. Son cincuenta años en la vida de un personaje, al que como a cualquier persona en ese tiempo, le toca saborear la gloria pero también el fracaso. La vida al final no deja de ser como una noria, y en ocasiones te puede tocar que se detenga justo cuando estás en la cima. Lo que ocurre es que muchas veces no nos damos cuenta que estamos en esa situación privilegiada hasta que comenzamos a descender. Filosofías a parte, como no podía ser de otro modo, he dado inicio a un nuevo libro, éste un algo más cortito, El Águila en la Nieve, de Wallace Breem. Dicen de ella que es la mejor novela jamás escrita sobre los últimos años del Imperio Romano. De momento apenas llevo sesenta hojas y todavía es pronto para emitir un juicio, aunque sí puedo decir que es distinta a las que había leído sobre Roma hasta la fecha.

Por mi parte poco nuevo que comentaros, salvo lo que ya sabéis: mañana doble sesión por Oviedo, con cita a las diez para la revisión bucodental –esperemos que no haya que extraer ninguna muela ni que haya caries- y a las tres y media para la ecocardio. Quedaría para la semana que viene la aspirometría y otras pruebas pulmonares.

Así que mientras escucho Drama y Lluvia, lo nuevo de Maná –nuevo por que son temas inéditos no porque su música sea muy distinta a la de anteriores trabajos-, me despido de vosotros. Un fuerte abrazo… “y mañana más”.

1 comentario:

  1. Si Maná cambiara la música ya no serían ellos!
    Que te sea leve la visita a la "capital"! ;-)

    1 besu.

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