lunes, 18 de abril de 2011

Día CLXXXI

Son las nueve en punto de este lunes dieciocho de abril cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy ha amanecido un día soleado que habrá que aprovechar al máximo porque según las previsiones es probable que incluso para esta tarde lleguen ya las nubes que nos acompañarán durante toda la semana, con lluvia incluida. Tendremos así una Semana Santa un tanto pasada por agua, por lo que como viene siendo casi una tradición, las cofradías tendrán más que nunca puesta su mirada en el cielo.

Para empezar esta semana con buen pie, he elegido como compañía musical a André Rieu, un violinista y director de orquesta holandés. Su particular estilo y su afán por atraer a los jóvenes a la música clásica le ha llevado a realizar conciertos con su propia orquesta, la Johann Strauss Orkest, allá donde pudiera captar la atención de ese público. Son famosas además sus interpretaciones de piezas populares conocidas para la amplia mayoría de personas y que emocionan a todo el que tenga la fortuna de poder escucharlas.

Ayer fue un día diría que perfecto. Por la mañana subimos a Quintes porque teníamos comida con los padres de mi ahijada y con mis padres. Además tuve la ocasión también de saludar a personas que llevaba mucho tiempo sin ver y por las que tengo gran cariño y que coincidía que ayer comían en la casa de la tía de mi mujer. No faltó por supuesto el ahijado de mi mujer, con lo que se nos juntaron la parejita: la pequeñita Águeda con sus dos añitos apenas cumplidos esta semana y el mozalbete Diego, que cumplirá los tres el mes que viene. Diría que se entendieron muy bien. Lo dejaré ahí y no caeré en la tentación de hacer de Celestino.

La comida, una fenomenal Lasagna que había subido mi madre, nos dejó como reyes, aunque no pudimos negarnos a los postres de rigor. Me encontraba tan a gusto que incluso me salté la siesta –cosa absolutamente increíble para mí-, con lo que enlazamos directamente con el partido del Sporting. Fue el único punto gris de la tarde, aunque tampoco pasa nada por perder un partidillo. Casi me preocupó más la derrota por la mañana del filial y que le hace estar con un pie en Tercera.

De las molestias de garganta ando un poco como el Guadiana, que lo mismo hay un día que voy mejor, pero al siguiente vuelve a molestarme. Ayer lo que tuve por la mañana fueron un par de decimillas más de lo habitual, pero sin llegar nunca ni siquiera a febrícula. Nada de lo que alarmarse lo más mínimo por tanto. Lo que ocurre es que a partir de ahora tendré que estar más atento a todas esas cosas y extremar la precaución para evitar coger cualquier tipo de catarro o afección respiratoria que pudiera retrasar lo del trasplante. Lo que parece que han remitido en parte son los dolores de cabezas que sufría por las tardes. A ver si ahora que lo he recordado no me vuelven...

¡Ah!, ayer, ya en nuestro piso, mi mujer y yo jugamos la partida de parchís que había de dilucidar el ganador semanal después de llegar con empate a tres a la última jornada. Digamos simplemente que ahora que lo pienso, ese fue el segundo punto gris de la jornada.

Después de cenar, estuvimos viendo un capítulo de la que es ahora nuestra serie favorita, Castle, eso sí, bajo la atenta mirada de mi ahijada, que desde un lugar preferente nos sonríe en una preciosa foto que ayer me regaló junto con la palma.

Que tengáis una magnífica semana, a disfrutar de las vacaciones…“y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Cómo me gusta oirte cada vez q vas a Quintes. Me parece que te hace sentirte como cuando Popeye se comía las espinacas!!
    Ejem ejem...celestino...no sé yo...sin comentarios.
    Disfruta mucho estos días cariño para coger mucha energía!
    Miles de besos

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  2. Cuídate mucho que esta época es traicionera para las infecciones chorras, que si tengo calor que si llueve y refresca... por aquí ya empezaron las lágrimas de Semana Santa, los tronos a la carrera resguardándose de la lluvia y las cofradías mirando al cielo sin decidirse a salir o quedarse esperando un año entero. Qué pena, con el tiempo tan bueno que hizo la semana pasada... la luna llena debe atraer la lluvia, no me lo explico... Besotes.

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