viernes, 18 de febrero de 2011

Día CXXII

Son las cinco y media de este viernes dieciocho de febrero cuando comienzo a escribir el Blog. Acabo de regresar de Quintes donde he comido con mis suegros después de que mi mujer pasara a recogerme por Cabueñes a la finalización del tratamiento. Hoy ha ido todo perfecto, sin ningún problema, y ahora lo que toca es descansar durante este finde para afrontar la próxima semana con la misma energía o más si cabe.

Porque parece increíble pero ya tenemos delante otro fin de semana que nos recibe con los brazos abiertos y al que todos acudimos ansiosos y emocionados como un niño corre hacia su madre aunque únicamente hayan pasado apenas unos minutos sin verla. Bueno, en realidad habrá gente a la que no le gusten los fines de semana; que todo hay como se suele decir en la viña del Señor. El gran locutor radiofónico Carlos Herrera siempre repite una y otra vez que su día favorito es el lunes. No sé, no acabo de creérmelo.

La analítica que esta mañana hemos realizado no ha hecho sino confirmar la progresión que ayer habíamos ya percibido en el número de mis neutrófilos. De este modo de cuatrocientos que tenía el miércoles han subido hasta más de dos mil que presentaba hoy, no muy lejos de unas cifras normales. Igual estaban por ahí todos escondidos y ahora han salido respondiendo a la llamada del tratamiento iniciado ese día, ya que como sabéis, aparte de linfocitos el medicamento se lleva por delante todo tipo de glóbulos blancos. A ver si alguno me resiste, que falta me hará.

En cuanto a las plaquetas mantienen ese ligerísimo ascenso que también llevamos viendo en los últimos análisis. Finalmente la hemoglobina continúa en una cifra más que aceptable superior a los doce puntos y medio.

El planning para la siguiente semana son tres sesiones: lunes, miércoles y viernes a lo que añadiremos el lunes mismo la realización de una ecografía para comprobar el estado de mi hígado y bazo, aunque por la exploración que me realizaron el miércoles en el hospital parecen en principio no estar inflamados, o al menos no tanto como la última vez. La ecografía nos dará más datos. También el lunes aprovechando el análisis de control volveremos a realizar la prueba de serología para seguir vigilando que el virus que me tuvo tres semanas en el dique seco no presente indicios de reapararecer.

Por otra parte, y siguiendo la petición del público -que al final es el que me mantiene escribiendo-, a los que me preguntáis por mis partidas de parchís os diré que ahora hemos instaurado la modalidad de vencedor semanal. Quiere esto decir que jugamos una partida diaria resultando vencedor final el que más victorias consiga durante la semana. Hoy nos tocaría así la quinta partida y con sumo placer os anuncio que de momento llevo la delantera por tres juegos a uno. Quiere esto decir que me sirve con una única victoria más para ser el brillante ganador. Si es que hasta en esto parece que voy mejorando.

Por hoy viernes me despido, que a estas horas ya es un poco tarde. A Innerhofer lo dejamos para mañana, junto con alguna historia de la Filippedia -me ha encantado Lu-. Lo hago mientras escucho a David Bowie, otro de mis cantantes favoritos. Un personaje cuya naturaleza camaleónica le ha acompañado durante las décadas que lleva siendo uno de los más grandes del panorama musical internacional. Sesenta y cuatro años que tiene el bueno -que no abuelo- de David. No está mal. Su triple Álbum, The Platinum Collection resulta imprescindible en cualquier colección de música que se precie. Disfrutad del fin de semana… ”y mañana más”.

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