martes, 15 de febrero de 2011

Día CXIX

Son las cinco en punto de este martes quince de febrero cuando comienzo a escribir el Blog. Seguimos con el tiempo un poco inestable lo que ha hecho que optara de nuevo hoy por caminar sobre la cinta en lugar de salir fuera de casa. Fueron nada menos que cincuenta y cinco minutos para cerca de tres kilómetros y medio. El tiempo justo para ver un precioso documental de la National sobre la vida de los leones. Siento auténtica debilidad y pasión por los felinos en general, y muy especialmente por los leones. Verlos en libertad como tuvimos ocasión mi mujer y yo de hacer en nuestro viaje a África fue una de las experiencias más bonitas y emocionantes de mi vida. Aunque no te das cuenta hasta que ves un documental más en profundidad de lo dura y cruel que en ocasiones es la ley de la naturaleza. Pero los animales lo asumen como lo que es: natural. A la especie humana por el contrario siempre le ha apasionado jugar a ser dios y luchar contra la naturaleza o dominarla.

Al mediodía he conocido los resultados del hemograma correspondiente al día de ayer. La hemoglobina continúa mejorando, cierto que en parte por las inyecciones de EPO, pero sin que ello sirva de menoscabo para no saber apreciar el que mi médula sea capaz de fabricar glóbulos rojos aunque sea como digo con algo de ayuda externa. Hemos superado de este modo los doce puntos, un valor que nunca había alcanzado desde mi recaída allá por el mes de octubre. Por otra parte las plaquetas también han mejorado, aunque no de forma ostensible, por lo que siguen en niveles en los que se mantiene el riesgo de sangrados. Finalmente los neutrófilos apenas han variado con respecto al último análisis; aun así esperaremos a ver estos días cómo reacciono de nuevo al tratamiento para ver si es necesaria alguna inyección de Neupogen.

Porque mañana está confirmado que retomamos el tratamiento principal. Después de tres semanas de “descanso” obligado volvemos a la batalla principal. ¡Ojalá fuéramos capaces de acabar con el infame Mr. T con la misma facilidad con la que hemos acabado con el megavirus de marras! Bueno, mejor no cantar tampoco victoria antes de la confirmación definitiva, no vaya a ser que haya quedado algún restillo del virus, aunque sea en versión mini.

Así que si todo va según lo previsto los próximos tres días me toca hospital durante toda la mañana. Mañana iniciaremos con la dosis de 3 mg y espero que mi cuerpo no extrañe en demasía el medicamento, puesto que recuerdo que fue precisamente esa primera dosis con la que quizás más reacciones tuve en su día, con algo de febrícula incluso.

Hablando con mi hematóloga ésta me ha comentado la posibilidad de realizar alguna prueba diagnóstica para valorar el estado actual de la enfermedad. No en vano llevo bastante tiempo sin experimentar síntomas evidentes de la misma, por lo que podría ser posible que en parte la médula no estuviera tan infiltrada como la encontramos en la última biopsia que efectuamos. La idea sigue siendo que en cuanto obtengamos una buena respuesta en forma de remisión parcial, o por supuesto total, pasar al trasplante cuanto antes.

Una de las cosas que más me fastidia de tener que subir a Cabueñes estos próximos tres días es que me perderé las pruebas del mundial de esquí. Pero que no cunda el pánico: lo dejaré grabando y así podré manteneros debidamente informados, que sé lo mucho que lo agradecéis. Bromas aparte, para entretenerme en la largas horas del hospital volveré a las películas que tengo grabadas en el iPad. En estos tres días en concreto voy a aprovechar para ver la trilogía de Bourne, que aunque no lo creáis, nunca vi ninguna de ellas.

Lo que empecé ayer fue un nuevo libro con el que coger sueño todas las noches antes de apagar la luz. El elegido ha sido El Cementerio de Praga, de Umberto Eco. Ya os contaré qué tal porque os confieso que El Nombre de la Rosa fue uno de los escasos libros que una vez empezados, no conseguí acabar. Demasiado espeso para mi gusto. Puede que también influyera el que en mi época de Bachillerato en la asignatura de latín no fui que digamos un alumno avezado.

Un fuerte abrazo para todos… ”y mañana más”.

1 comentario:

  1. Pues Fili, en Bachillerato, tú y yo nos copiábamos bastante bien Latín, asi que éramos lo suficientemente aventajados como para seguir estudiando :)
    Yo de hecho continué mis estudios de Latín, logrando avances insospechados teniendo en cuenta nuestros principios. Yo soy de las que recomencé hasta 3 veces El Nombre de la Rosa, y no ha sido hasta pasados los veintialgunos, que por fin conseguí engancharme y leerlo.
    El problema no es el latín, es la enorme cantidad de Filosofía Historia y Teología que hay que dominar para sacar jugo a esta impresionante novela, sólo conseguí leerla cuando me relajé y traté de no aprenderme todos los datos que en ella se exponen y que me agobiaban.
    Es una gran novela y dicen que no ha escrito otra tan buen como esa. Yo no he repetido, aunque en mi casa hay alguna más de este autor.
    Espero que estos tres días de hospital no sean demasiado agobiantes para tí, y que pronto estés de nuevo en casina. Besos para todos.

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