miércoles, 18 de agosto de 2010

Día Quince

Son las nueve y media pasadas cuando comienzo a escribir en este jueves -¡Dios, que no es jueves!, ¡que todavía es miércoles!- el que espero sea uno de los últimos blogs, al menos diarios. Si todo sigue sin novedades el viernes os prometo un blog algo más tardío de lo habitual, pero escrito ya desde casa. Ya veremos, igual estamos aquí aburridos sin saber qué hacer y os voy contando los preparativos de vuelta además de lo que haya ocurrido mañana jueves.

Hoy hemos dormido aceptablemente, como siempre mejor yo que Mónica, aunque sigo despertanto cada poco porque se me reseca la boca muchísimo y tengo que beber agua cada hora u hora y media, con la consiguiente visita posterior a Roca.

Lo que no me ha gustado es que hoy al levantarme lo he hecho con una tos seca y con la nariz atascada. Espero que no sea ningún catarro bobo que vaya ahora a pillar el último día y que lo estropee todo. No creo. Más bien es el calor que hace en la habitación y el aire reseco de no circular en todo el día.

Ayer martes por la mañana fue un día complicado. Me levanté normalmente pero justo al llegar las bandejas con el desayuno me entraron unas náuseas que tuve que irme al baño y allí me reencontré a solas con la sopa de la noche anterior. Digamos que no es la mejor forma de comenzar un día en una semana en la que te han dicho que irás mejorando a cada día que pase. A mí me sigue haciendo gracia eso que me decían al entrar de que “habría cuatro o cinco días malos” porque os juro que casi tendría dificultades para encontrar cuatro o cinco buenos, pero buenos de verdad. De todos modos el objetivo que es lo que importa parece que se está cumpliendo y el resto queda en un segundo plano. Cuando salga de aquí después de este mes en el hospital no sé si seré mejor o peor persona, pero lo que sí sé es que seré más consciente que nunca de mis limitaciones. Ayer volví a descubrir que mi fuerza física supera a la mental. Después de levantarme tan revuelto me quedé tirado en la cama sin querer hablar con nadie y sin querer hacer nada. Estaba en mi "refugio" del que no quería salir. Sin embargo, al final, fue la fuerza física -mi cabezonería-la que me tiró de la cama y me subió a la bici para marcarme la sesión más larga de todas cuantas he hecho hasta ahora: más de una hora pedaleando, con una mínima pausa por culpa de unas náuseas. Pero ahí estuve, y cuando me bajé, sentí que de nuevo había ganado.

Al poco pasaron los médicos en su visita diaria. Volvieron a repetir sus planes para que el viernes podamos irnos para casa si no ocurre nada extraño. Esta mañana ya me han retirado del todo el mórfico como primera medida y prácticamente el resto de medicamentos los tomo ya por vía oral. Estuvimos hablando largo y tendido sobre cómo será mi vida cuando salga de aquí. Lo primero y más importante es recordar que no vengo de una gripe sino de un linfoma que ha necesitado de un transplante de médula, lo que quiere decir que no me encontraré seguramente en el mejor estado de forma durante las primeras semanas. En cuanto a visitas y relaciones sociales, no habrá problema en mantenerlas, pero eso sí, con moderación y cabeza. Yo no puedo saber si una persona –a veces ni siquiera ella- puede estar incubando una gastroenteritis o cualquier afección vírica, pero lo que está claro es que cualquiera que no se encuentre en perfecto estado de salud es preferible esperar a que lo esté antes de vernos. Lo mismo pasa con los niños, "imanes" de todos los virus de guarderías, o con los animales, portadores de las más insólitas bacterias. Tanto con unos como con otros lo mismo, con moderación: no se trata de escapar de ellos como de la lepra -además no podría porque los adoro-, pero tampoco comerlos a besos todo el día.

En cuanto a la comida podré prácticamente comer de todo sin más restricción que mi apetitito. El alcohol sí que deberé limitarlo al máximo al menos hasta que no pasen los primeros tres meses. Ya me recuperaré en Navidades.

Ayer por la tarde como siempre estuvimos viendo nuestra serie y luego volví a tentar la suerte al Parchís, pero parecía claro que dos días seguidos no iba a poder ser. Yo creo que es el modelo minimalista de Parchís que nos hemos traído que no se adapta a mi estilo de juego que busca más los espacios y las bandas.

Por la tarde todavía estuve haciendo otras dos sesiones de bici –éstas de veinte minutos-. Luego nos pusimos con el partido amistoso que echaban del Madrid en La Sexta para pasar ya a algo más serio, el Dinamo Ajax, correspondiente a la previa de la Champions League. ¡Comienza el espectáculo!

¡Menudo peligro! Ayer me bajé para el iPad el juego Plants&Zombies. Hacía tiempo que no caía en mis manos un juego tan adictivo. Y lo peor es que es contagioso porque Mónica se tiró también como un par de horas jugando. Así acabamos los dos con el cuello hecho polvo para ir pa la cama.

Tanto la comida como la cena ayer no estuvieron mal del todo, así que puede cumplir con ellas. Ya me dan a comer yogures para los postres, algo que agradezco. De todos modos en estos últimos días sí que he perdido algo de peso, aunque no demasiado: unos tres kilos todo lo más. Eso lo recupero yo en una semana.

Hoy ha amanecido entre nubes y claros, aunque sigue haciendo bochornillo en la habitación. Ahora mismo en cuanto publique el Blog me subo a la bici a darme un buen voltio por los alrededores. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

3 comentarios:

  1. Hola cariño!!
    Seguro que la sopa era tan chunga, que tu cuerpo acostumbrado a la comida cinco estrellas dijo: ah no, esto sí que no!!

    cómo me gusta oirte; el momento de bajón sí,no sé si muchos podríamos llevar esta situación como vosotros lo estáis haciendo, pero luego a por ello y con más ganas.
    Ahora me sale la vena profesional: chicos/as, futuros visitantes, ya sé que todos tenemos muchísimas ganas de verlos, pero por ellos, esperemos un poco; y lo más importante: "lavado de manos";las manos son portadoras de innumerables bichitos; un simple lavado de manos de 30 segundos- 1 minuto con agua y jabón normal ,disminuye ese riesgo considerablemente. Y los besos vamos a dejarlos tb para un poco más allá vale? luego ya no los comemos a los dos!!

    Miles de besinos cariños!! por fin vais a abandonar el encierro!!

    Miles de rayitos de sol!!

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  2. Tercer intento de escritura.
    Hola Filippo
    Soy Ana, de las Garcia Arenas de toda la vida. Acaba de venir Paolo por Garcia Rodriguez a hacerme una visita.
    Leyendo un poco tu blog puedo ver que te van a dar de alta el viernes. Mucho animo. Tira para delante y no mires para atras mas que de reojo.

    Ten paciencia y poco a poco ya ves que la salida del hospital esta cerca.

    Un beso muy fuerte y otro para tu familia. ANIMO!!!!!!!!1

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