miércoles, 11 de agosto de 2010

Día Ocho

Son las diez y cuarto del tercer miércoles de aislamiento cuando comienzo a dictar el blog. Esta noche ha vuelto a ser de las de dormir poco y a pigazos, por culpa de la garganta. Sin embargo, noto que la boca se va recuperando y que me empieza a costar menos ingerir alimentos.

Ayer, por fin, nos visitó la nutricionista, para intentar poner una dieta más acorde a mis necesidades, dada la situación actual. El cambio que más me gusta es la modificación del horario: paso a lo que aquí se conoce como horario juvenil, con la comida a las 2 y la cena a las 9. Por otra parte, transmití las dificultades que tenía con cierto tipo de alimentos, en cuanto a salados, condimentos, etc., y conseguimos que a partir de ahora, los menús sean más livianos y agradables. Prueba de ello es que ayer logré cenar el menú que me trajeron. Más vale tarde que nunca!

Seguimos con la infusión de plaquetas diaria y las inyecciones de Neupogen, que se mantendrán hasta subir los niveles. También parece que estoy probando todos los tipos de antibióticos del almacén. Precisamente ayer me sorprendieron con un nuevo tipo que se pone con la misma bomba que la quimio, lo que hizo despertar en mí ciertos recelos por la falta de información previa que hay sobre estas cosas. Entiendo que haya enfermos que no quieran saber nada más que lo imprescindible, pero a mi me gusta conocer todos los detalles de mi evolución, y del punto de tratamiento que en cada momento me encuentro.

Por la tarde, después de la pertinente siesta, reanudamos nuestra partida de parchís aplazada desde el día anterior. No me sirvió de mucho el aplazamiento por lo que empiezo a pensar que va a resultar más complicado ganar en el hospital una partida al parchís que el que nos toque para comer un bollo de pan del día. Por si con el parchís tuve poco, también me tocó perder al chinchón. Dice mi mujer que cuando empiece a ganar partidas será síntoma claro de mi recuperación, y yo le digo que podía empezar a dejarse en alguna, pero bien sabe que todavía sería más doloroso para mi y mi orgullo ver cómo me deja ganar como a un niño.

Hoy ha amanecido con resolete, y aunque la predicción era nublado con posibilidad de lluvias, ya hace bastante calor en la habitación. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

3 comentarios:

  1. Hola cariño, seguro que ahora empiezan ya los días en los que te vas a ir encontrando mejor y mejor.
    Me quedan ocho horas para irnos rumbo a la "tierrina", así que esta noche ya la pasaremos en Gijón. YA TENGO GANAS.
    Un besote muy grande

    ResponderEliminar
  2. Hola cariñín! que bien que hayas podido comer otra vez! es una muy buena noticia no? quiere decir que poquito a poco, vamos dando pasos hacia donde queremos llegar.
    Qué ganas tengo de veros! pienso que a partir de mañana empezaremos a remontar; no sé si son las ganas que tengo, pero llevo con esa sensación desde la semana pasada. Ojalá acierte, que me haría más ilusión que los 6 de la primitiva.
    Os mando un millón de besinos con rayitos de sol

    ResponderEliminar
  3. hola titto pippo y compañia

    veo que tu costumbre de jugar a la italiana (rompiendo la partida) no va cambiando, tal vez sea que en casa ganabas alguna partida porque se levantaba y aprovechabas para hacer algun cambio insignificante, como poner alguna ficha a tiro? Va no vamos a ser mal pensados, seguro que ganabas legalmente, que los italianos no hacen trampas, romper la partida no es una trampa, simplemente un lance del juego de mutuo acuerdo.

    Me alegro que haya pasado la nutricionista ya, seguro que te dijo que llevas mucho tiempo sin una fabaduca con su buen trozo de chorizo, morcilla...

    cuando quieres que te llevemos la caja de sidra?

    no se para que necesitas nutricionista, seguro que si le dices tus menus de los ultimos meses seguro que cambia de trabajo

    un abrazo

    ResponderEliminar