viernes, 13 de agosto de 2010

Día Diez

Son las diez de la mañana cuando comienzo a escribir el Blog, en este viernes, tercero que pasamos en el hospital, pero muy distinto a los dos anteriores. Las sensaciones comienzan a ser buenas y ahora más que nunca vemos el final de esta larga carrera como algo cada vez más cercano. Esta noche he vuelto a dormir bastante bien, lo que no quita el que me eche un buen pigazo antes de que llegue la hora de visita de los médicos, sobre las doce. Lo habitual que suelo hacer es realizar una buena sesión de bici de unos treinta minutos y luego echarme a reposar un poco.

Otra de las cosas que me llenan de optimismo es que he pasado mis primeras veinticuatro horas completas sin fiebre, algo muy importante para valorar seriamente una posible alta. A eso habrá que unir el que el nivel de neutrófilos se mantenga estable en un mínimo de 1500 durante dos días consecutivos. Para que os hagáis una idea de mi evolución, en plena aplasia llegué a cero; este martes tenía 10, el miércoles había multiplicado por 6, alcanzando 60, y ayer tenía ya 300, habiendo multiplicado por cinco. Es un buen ritmo de crecimiento que podría llevarme a esos 1500 a principios de la próxima semana. He revisados los valores de mis neutrófilos cuando ingresé por primera vez en Cabueñes allá por Abril y ¡estaban por debajo de 600! He tenido realmente mucha suerte de no haber pillado nada por los hospitales con unos niveles de defensa tan paupérrimos. En la Mutua donde sólo un mes antes había realizado los controles sanguíneos, todavía me deben una disculpa que sigo esperando después de cinco meses.

Ayer por la mañana estuve como de costumbre redactando mi blog y luego me pasé un buen rato dedicado a la bici y a los ejercicios respiratorios. A las doce llegaron los médicos para darme los resultados de las últimas analíticas y transmitirme su optimismo sobre cómo está yendo mi evolución. Como no puedo evitarlo, les dejé caer algo así como “bueno, ¿estaríamos hablando tal vez de 10 días para irnos para casa?” Se miraron y sonrieron antes de contestar: “bueno, tal vez algo menos”. ¡Sin duda firmaba ahora mismo esos diez días! Pero como esto va día a día, pasito a pasito, lo que hoy puede estar perfecto, mañana puede no estarlo no tanto, y todavía los niveles de defensas no son como para estar tranquilos ni mucho menos ante una infección imprevista. Así que actuaremos como siempre: mantendremos la guardia bien alta, pero eso sí, a la primera oportunidad soltaremos un derechazo de esos que mandan a la lona al más pintado.

Después de la visita tocaba la infusión de plaquetas. ¿Habéis visto alguna vez plaquetas separadas de la sangre? Seguro que os llevabais una sorpresa. Son de un color amarillento como si de un batido de limón se tratara. Por supuesto no su infusión no produce ninguna molestia y apenas dura una hora.

Las comidas siguen mandándomelas supervisadas desde la unidad de nutrición y lo cierto es que estoy empezando a comer mejor. Son platos menos consistentes, pero igualmente nutritivos y que entran mucho mejor. Ayer por ejemplo cené una sopita de fideos con unos fritos de pescado de segundo y compota de manzana de postre.

Justo después de comer llamé a mi casa a ver qué tal estaban pasando el cumple de mi padre, y me quedé de lo más tranquilo viendo que lo estaban disfrutando como yo había pedido. Mi padre además está encantado con la cámara digital que le he regalado para que ahora pueda sacar todas las fotos que quiera a sus adorados gatos de la huerta. Por la noche además mi hermano me envió algunas fotos que sacaron durante la comida que hicieron que durmiera con una sonrisa de oreja a oreja.

Por la tarde después de la serie del día y de la siesta de rigor, volví a intentarlo al Parchís, pero nada, ¡que no hay manera! Yo creo que es la morfina que me deja un poco más apijotado de lo habitual y mi mujer se aprovecha para contar de más. Bueno, sea como sea, por lo lo menos donde no puede ganarme son en las partidas que me marco cada día al Hundir La Flota con el IPad y donde ya he alcanzado el grado de Teniente de Fragata. ¡A mí que siempre me quedaron tan bien los uniformes! Me lo dijo mi madre por primera vez cuando me vio vestido de marinerito para la Primera Comunión...

Todavía antes de la cena me tocaron dos bolsas de sangre para seguir subiendo el nivel de hematocrito y el último chutazo de antibiótico. Al final del día llega uno que no sabe ni la cantidad de medicamentos que habrá tomado...

Por la noche vimos Ley y Orden, que llevábamos unos días sin verla, porque la verdad es a una hora en la que todo el mundo está entrando y saliendo. Luego nos pusimos con una película que teníamos grabada: The Ugly Truth, con Katherine Heigl y Gerard Butler. Típica comedia romántica pero con la que pasamos un rato de lo más divertido. Así que entre lo uno y lo otro apagaríamos la luz sobre las doce. Buena hora para descansar un rato.

Hoy ha amanecido como ayer lloviendo. De momento –toquemos madera- visto como se presentaba esto, no podemos decir que hayamos tenido mala suerte con el tiempo, aunque tampoco os creáis, que aun así aquí siguen habiendo 27 grados. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

3 comentarios:

  1. Me gusta leer ese optimismo en tus palabras, y como dices, sin bajar la guardia, no sabes lo que me alegra leerte :)
    Yo no tenía ni idea de cómo era el color de las plaquetas ni de nada de eso pero veo que ese amarillo es auténtico oro. Siempre he escuchado que la donación de plaquetas es un proceso largo ya que te sacan la sangre y luego te vuelven a meter tu sangre pero sin las plaquetas que te han separado. Y además que sólo personas con un gran número de defensas pueden hacer este tipo de donación. Pero ahora entiendo lo importantísimo que es que existan donantes para otras personas que su vida depende claramente de una bolsa de ese oro amarillo. Yo durante mucho tiempo no he podido donar sangre: primero por pesar menos de 50 (ahora esto ya no me pasa jejejejejee), y luego por tener siempre anemia o reservas muy bajas de hierro. Me siento un poco culpable porque todos deberíamos donar sangre de vez en cuando, cuando lo haces es evidente que das VIDA asi en mayúsculas.
    Sigue nadando amigo, no pares.

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  2. Hola Filippo y Mónica: Aunque de mañana os leo todos los días, hace tiempo que no comunico con vosotros, estoy a la expectativa, pero como el juez de salida ya a os ha prevenido con el preparados, listos, y ya, al momento que dispara para que salgáis como un tiro, vosotros como las culebras procurad dejar enganchada a la puerta de salida la mayor parte de la capa de valor que os cubría, tenía muchas virtudes pero es aconsejable el dicho de; lo malo tirarlo y lo bueno recordarlo, ahora a disfrutar de todo el presente, Fili, ya verás cuando mi nieta te llame “padrino” y sin reminiscencias de tu procedencia. Nos veremos, cantaremos, y brindaremos con:

    Agua del pozo de la casina de Quintes
    que es la que te va a sanar.

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  3. Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeennnn!!

    Hola cariño! no sabéis qué contenta estoy; acabo de disfrutar tanto leyendo el blog de hoy.
    A mí las plaquetas me parecen un batido de plátano,jijjiji, aunque tienen razón en decir que para ti son bolsitas de oro!!
    Os mando mucha energía, y como soy un poco brujita estoy segura que os llegará.
    Miles de besinos con rayitos de sol y a seguir caminando!

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