sábado, 21 de agosto de 2010

Día Dieciocho

Son las diez en punto cuando comienzo a escribir este Blog, en este sábado 21 de Agosto, primer día que pasamos en casa desde nuestra estancia durante cuatro semanas en el hospital con motivo del trasplante de médula ósea.

Uno echa la vista atrás y relee cómo allá por el sábado 10 de Abril escribía en el primero de los blogs lo siguiente: “Ayer me diagnosticaron un linfoma NH de células T. No recuerdo haber recibido una noticia tan desagradable desde que me dijeran que los Reyes Magos eran los padres.” Para aquel entonces llevábamos ya más de tres semanas con pruebas e ingreso incluido en Cabueñes para dictaminar el motivo de mis dolencias.

Desde entonces os he ido contando diariamente todo lo que hacía o lo que se me pasaba por la cabeza. Para mí el blog ha sido motivo de desahogo y de motivación para seguir siempre adelante gracias a todos vuestros ánimos. No tengo palabras para transmitiros toda mi gratitud por vuestro apoyo y preocupación por mí. Si algo positivo se puede sacar de todo esto, sin duda ha sido la sensación de sentirme tan protegido y arropado por todos vosotros, como el ciclista que sube un puerto entre el griterío de los aficionados que forman un pasillo que apenas permiten su paso pero que al mismo tiempo le lanzan hacia la cima. Así que en el fondo sentía que tenía la responsabilidad de no fallaros y creo que no lo he hecho.

Decir que lo peor ha pasado es algo que nadie puede asegurar, pero tampoco se puede negar que las perspectivas ahora mismo son muy buenas. El trasplante ha ido fantástico y los médicos son optimistas con mi recuperación total. Delante me quedan algunas semanas todavía con molestias, con náuseas, con revisiones casi constantes, y con una carretada de medicamentos para tomar diariamente, pero lógicamente la mentalidad con la que se afronta es totalmente distinta.

De hecho este próximo lunes tengo la primera de las revisiones. A ver si hemos logrado subir un poco el nivel de plaquetas, que son las más remolonas, y a poder ser, también el de las defensas, ahora sólo un poco por encima del mínimo. Lo que tengo bastante aceptable es la hemoglobina, aunque todavía tendrá también que mejorar.

Este blog no quiero que suene a despedida porque seguiremos siempre en contacto, pero creo que ahora ya no tiene sentido que os cuente a diario lo que voy haciendo porque si todo va bien apenas habrá novedades. Lo que haré en lugar de eso, serán blogs extras que os mandaré cuando por ejemplo acuda a una revisión o cuando dentro de tres meses tenga que someterme a una nueva biopsia de médula ósea que será la que dictamine mi curación real. Luego a partir de ahí vendrá el aluvión de vacunas. De hecho ayer los médicos me comentaban que tendré que vacunarme sin duda de la gripe, y no yo solo, sino toda la gente que me rodee de forma habitual.

Del día de ayer, ¿qué deciros? Que la mañana se hizo eterna hasta que por fin llegó la hora de irnos para casa. Como era de prever tanto mis padres como mis suegros vinieron a buscarnos. La ocasión lo merecía. Pensándolo bien nunca había estado tanto tiempo seguido sin verlos, así que fue realmente muy emocionante para todos.

Después en casa caí ya en la cuenta de lo cansado que estoy. Parece increíble pero me costaba hasta moverme por el pasillo. Y a Mónica lo mismo. Estamos totalmente anquilosados, pero es normal: llevamos un mes en el que lo más que hemos caminado han sido los cinco metros escasos de la habitación, así que todo ese peso que los dos hemos perdidos es masa muscular que ha desaparecido y que ahora habrá que recuperar poco a poco. Esta mañana en la báscula comprobé que apenas superaba los 66 kilos y medio. Y de verdad que no se me ve delgado ni demacrado de cara, pero sí me noto los muslos faltos de masa muscular. Esas piernas que tantos goles marcaron en sus años mozos, aunque muchos más fallaron, pero que nunca dejaron de correr ni un minuto mientras hubiera aliento, son las mismas que ahora me van a llevar a recuperarme antes de que me dé cuenta.

La cena de ayer fue suave, para ir poco a poco asimilando el cambio. Por supuesto nada que ver con lo que comíamos en el hospital pero aun así las náuseas me impiden comer como yo quisiera.

La noche fue sin duda mucho mejor que en el hospital, aunque desperté igualmente unas cuantas veces por culpa de la garganta reseca. Lo de la garganta es una molestia que arrastraré unas dos o tres semanas. Para solventarlo, a parte de dentífrico y colutorio especial, tengo siempre conmigo una botellita de agua para echarle un traguillo cuando es preciso.

Así que nada, os reitero de nuevo mi gratitud por vuestro apoyo y sobre todo por vuestra paciencia y compresión, entendiendo que todavía no podremos vernos de forma inmediata como quisiéramos, aunque poco a poco tendremos seguro la oportunidad de ir haciéndolo. En cualquier caso, sabéis que me tenéis siempre en mi correo electrónico priorefilippo@yahoo.es

Hoy ha amanecido un día de restallo. En principio tengo cosas que hacer por casa y luego caminaré por la cinta, que hace un calor insoportable para salir fuera. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- que aunque no haya blog, en mi corazón seguirá siempre el lema que me ha llevado adelante todo este tiempo: “y mañana más…”

6 comentarios:

  1. Hola Filippo y Mónica:Fue tal la alegría que llevé al ver que escribías desde casa que unas minúsculas humedades arrollaron por mis párpados,
    hay que vivirlo para saber lo que es, por desgracia yo lo viví aunque con otros resultados, quizás sea por eso lo de mi emoción al ver que la lucha titánica día, a dia, recibe su merecido premio, de momento no necesito el veros, sabiendo que estáis bien me sobra, a su debido tiempo nos encontraremos y celebraremos vuestro triunfo. saludos P.S.

    ResponderEliminar
  2. El día dieciocho es un buen día para comenzar el resto de tu vida. Adelante.Besos.

    ResponderEliminar
  3. Hola Fili, estoy tan contenta que no sé cómo decirlo, te he leído todos los días, apenas te he comentado pero todos los días te he leído por la mañana desde el trabajo. He leído el comentario de mi padre, y lo suscribo totalmente, creo que para todos nosotros tu triunfo es el nuestro Muchos besos para todos

    ResponderEliminar
  4. Se te hechará de menos...
    ya era una rutina, encender el ordenador y pasarse por aquí.
    Pero todo lo que empieza acaba. Y el fin de este blog indica que todo va bien!

    Asi que ciao ;-)

    ResponderEliminar
  5. Qué pena pensar que ya no vamos a tener blog, pero se transforma en la mayor alegría que nos puede llegar sabiendo el motivo: que ya hemos llegado al final de esta ruta todos juntos. Por fin!! Sois un ejemplo para todos nosotros.
    Deciros que os quiero y que pienso disfrutar de vosotros y con vosotros por muchos muchos años.
    Miles de besinos con rayitos de sol

    ResponderEliminar
  6. Hola Filippo.

    Me alegra muchísimo leer estas buenas noticias.
    Eres un campeón, de eso no me cabe ninguna duda.

    Que todo vaya tan bien, como hasta ahora.

    Un abrazo desde Córdoba

    Miguel Angel Jurado

    ResponderEliminar