martes, 6 de marzo de 2012

Génesis MMXII (Trigesimus Secundus)

Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor. Y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad. (La Vida es Bella)

Son las siete de la mañana de este martes seis de marzo, cuando comienzo a escribir el Blog. He pasado una noche de lo más tranquila, y sobre todo, con de esa tranquilidad que aporta el estar en tu propia casa, en tu habitación, sin el constante ir y venir del personal médico, que cumpliendo con sus labores, comienzan a realizar sus visitas a partir de las seis, que es cuando se toman las analíticas. Luego llegan a medirte presión, saturación en el oxígeno y temperatura; como a la media hora entran para pesarte, para poco después volver con las nuevas sábanas y pijamas. Con el cambio de cama y tú ya preparándote de mala gana para la ducha, después llega el momento de la elección del deayuno, que básicamente es o café o descafeinado, o colacao o cualquier infusión, acompañado de unas galletas tostadas o de un bollo de pan con mermelada. En total, no sabría deciros las veces que desde las seis de la mañana hasta las ocho y media o nueve que se desayuna, se abre y se cierra la puerta de la habitación. Y con ellas se abren y se cierran también los párpados en un intento desesperado por apurar los últimos minutos de sueño, si bien, todo hay que decirlo, el resto de la mañana me lo pasaba durmiendo.

Está claro que mejor cuidado que en un hospital no se está, y esto es más que evidente cuando como ocurre en la Unidad de Trasplante el personal está altamente cualificado para cualquier situación que pudiera presentarse. Pero es que casa, casa sólo hay una...

Anoche nos deleitamos Mónica y yo con una buena cena, que ya iba siendo hora después de soportar durante una semana de la dieta HUKAN. Y esto no es sino el preludio del desayuno que me voy a montar hoy y la comida y cena que tengo en mente.

Fue curioso ayer, para que os hagáis una idea de lo que tarda algo en curarse en una persona no al cien por cien, el que por la noche, tras la cena, todavía escupiera un par de buenos coágulos de aquellos que se me habián formado con la estocada en el pulmón. Se ve que por su tamaño, el proceso de reabsorción es muy lento y al final andan por ahí, por el tracto respiratorio dando la lata. Digo además que es curioso porque igual la última vez que me había pasado fue hace casi dos semanas. Pero seguro que queda alguno más por ahí.

Para el día de hoy voy a dedicarme a poner en orden algunas cosas que quedaron pendientes en estas dos últimas semanas que me he pasado casi de continuo en el hospital. Intentaré así hacer algo de cinta y rematar el segundo módulo de aquel Máster que estaba realizando. Tengo entre ceja y ceja acabarlo y así lo haré, aunque tenga que pedir una prórroga en el tiempo.

Hablando de entre ceja y ceja, comienza a caérseme de nuevo el pelo. Ya antes de este último ingreso Mónica, ¡qué mejor peluquera que ella!, me había dado un buen repaso a las melenillas que me habían salido en plan cantante de Los Chichos. Pero hoy meteremos ya máquina para dejarlo al tres o al cuatro como mucho.

El planning para esta semana ya sabéis que consiste en que tendré que ir al HUCA mañana, el viernes y el domingo, para recibir el tratamiento contra el CMV y ver además si son necesarias nuevas transfusiones.

Así que nada, besos para todos... "y mañana más"

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