jueves, 22 de marzo de 2012

Génesis MMXII (Quadragesimus et tertius)

Ye lo que ye (Anónimo asturiano)

Son las once de la mañana de este jueves veintidós de marzo cuando comienzo a escribir el Blog. Lo hago en esta ocasión desde una de las camas del Hospital de Día de la Unidad de Trasplante, donde a primera hora he comenzado con el tratamiento de quimio que me tendrá aquí hasta las seis o las siete de la tarde. Luego, si no hay imprevistos, me iré para casa. Mañana viernes y el sábado repetiríamos la jugada. Es un poco cansino estar tanto tiempo aquí, pero sin duda es mucho mejor que estar ingresado. Además me tratan a cuerpo de rey, así que en ese sentido mimos no me faltan.

Hemos hecho una analítica cuyos resultados son más que satisfactorios. Empiezo de este modo el segundo ciclo con cifras aceptables. El sábado la repetiremos para ver la situación después de estos primeros dias de quimio. Lógicamente comenzará todo a bajar y tendremos que volver a las transfusiones hasta que el cuerpo vuelva a producir por sí mismo, lo que normalmente ocurre transcurridos diez días.

Ayer fue uno de esos días bobos en los que uno se levanta torcido, y lo peor es que sin motivo. Te encuentras con el ánimo por los suelos, desganado y sin fuerzas. Sabes que no puedes permitirte el estropear un día de esa forma, cuando seguro que habrá otros días donde eches de menos el haber desperdiciado un día en el que estabas bien, pero es algo que no puedes controlar. Te vas autoalimentando en tu propia tristeza y te metes en un bucle en el que quedas atrapado.

Afortunadamente, por la tarde comencé a levantar la cabeza y así, poco a poco, cuando me di cuenta, volví a ser casi casi el de siempre, que tampoco es que ahora sea la alegría de la huerta ni esté de bromas todo el día, pero los que me conocéis sabéis que suelo ser moderadamente optimista y por lo general de espíritu alegre. Quizás por eso lleve tan mal cuando me noto cabizbajo.

Pero como os digo de tarde me encontré mucho mejor y ni siquiera la derrota del Sporting me afectó especialmente. Sin duda contribuyó a ello la buena compañía que tuve, pues mi enfermera particular (siempre disponible, 24 horas al día, 365 días al año), vino a ver el partido con mi mujer y conmigo. Las penas, como se suele decir, compartidas, son menos penas. Porque eso es lo que da este Sporting nuestro.

De noche, ya solos, mi mujer y yo estuvimos viendo un capitulillo de Chuck. Hoy, si nada lo impide, nos veremos el desenlace final, así que otra serie que pasa a mejor vida. A este paso entre series y libros -sigo con El Mozárabe- voy a plantearme inaugurar un nuevo blog en pla crítico literario y cinéfilo. Es broma, tranquilos.

Así que nada más que contaros. Me han pasado suero, luego el Epóxido y ahora estoy con la Ciclofosfamida. Y todavía hay otra bolsa por ahí con más mejunje. Lo tomaremos con calma y trataré de aprovechar el tiempo para que se me haga más corto. ¡Ah!, eso sí, la comida me la traerán de casa, que de la de hospital ya sabéis que quedé un tanto saturado.

De lo que no me separo por si las moscas es de mi inseparable mascarilla. Por aquí hay unos cuantos con fiebre y síntomas griposos, que toda protección es poca. Yo toco madera pero de momento libro. Menos mal que habían dicho que la gripe ya había pasado... que si no llega a pasar...

Un fuerte abrazo... "y mañana más".

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