miércoles, 28 de abril de 2010

Día 19

Hoy me he levantado prácticamente a la misma hora de siempre y tras una ducha amenizada con buena música y un copioso desayuno, me dispongo cuando son algo más de las nueve y cuarto a escribir este Blog.

Ayer por la mañana, como complemento al tratamiento de quimio, me tocaba poner una inyección de Neulasta. La razón es que el principio activo del Neulasta -el Pegfilgrastim- previene precisamente el problema que comentábamos que tiene la quimio a la hora de dejarte un poco a merced de las bacterias más "juguetonas", al disminuir tus defensas. Lo que hace básicamente el Pegfilgrastim es ayudar al cuerpo a producir al cuerpo más neutrófilos que para los que veían como yo Érase Una Vez La Vida, era esas celulitas que se dedicaban a dar caña a las bacterias y hongos. Antes de que apareciera este Neulasta, era necesario inyectarse todos los días una pequeña dosis, pero ahora –la ciencia avanza cada día-, sólo es necesaria una aplicación que se mantiene activa en el cuerpo durante los catorce días que dura el ciclo.

Después de escribir el Blog, poner la inyección, hacer la cama, y cumplir con alguna que otra tarea doméstica –no vayáis a pensaros que estoy aquí sin dar un palo al agua- me dediqué a ponerme al día de la actualidad leyendo algún que otro periódico por Internet y escuchando la radio.

De las noticias de ayer, de verdad que hay una que me ha dejado un poco preocupado: según un informe publicado en la revista Chemical & Engineering News, existe un peligro inminente en la calidad del papel higiénico que se fabricará en los próximos años. El motivo no es otro que la disminución en el volumen de papel reciclado, ya que la sociedad, comprometida cada vez más con el crecimiento sostenible, utiliza menos papel en las oficinas, se leen más periódicos online por lo que los de toda la vida han reducido su tirada... En definitiva, que al reciclarse menos cantidad de papel ordinario, parece que esto afecta a la suavidad del producto final que se obtiene en la industria del papel higiénico. ¿Y por qué narices me acordé yo de esto ahora? Pues porque al estar tomando antibióticos, tengo un 99% de posibilidades conociéndome como me conozco de que en cualquier momento estalle una "guerra mundial" en mis tripas, por lo que no veáis cómo agradezco que todavía esa crisis higiénica que se anuncia no haya llegado a mi baño, para no tener que volver a los duros tiempos de mi infancia, cuando en casa de mi abuela, el papel que había en el cuarto de baño se parecía a la lija que mi padre tenía en su maletín de herramientas.

Hecho este inciso, y a la espera de que de todos modos los efectos secundarios de los antibióticos no me duren más allá de los dos días de rigor, la verdad es que por lo demás sigo en perfectas condiciones y con la moral cada vez más alta. Tal es así que ayer de tarde me trajeron a casa una cinta mecánica, de estas para andar. Vamos, que me he montado un minigimnasio en mi salón. Pero no penséis que me voy a poner ahora a correr como un loco en ella. Simplemente se trata de hacer un mínimo de ejercicio –andando nada más- que es también muy importante de cara a reforzar mi sistema inmunitario. Además mi mujer me ha dado instrucciones muy claras para su uso, empezando por la prohibición absoluta de que me suba a la cinta si no está ella supervisando el entrenamiento. ¡Ni el Sargento de Hierro!

Por supuesto ayer hubo tiempo también para seguir viendo deporte –que no falte- en la tele. Así, después de la siesta hubo una buena ración: primero con la Subida Al Naranco –hoy por cierto empieza La Vuelta A Asturias-, luego con tenis y el Open de Roma –sorpresa la derrota de Federer ante el letón Gulbis, una de las estrellas del futuro, no lo dudéis- y para acabar la vuelta de la semifinal de Champions entre Olympique de Lyon y Bayer con victoria de los germanos. Del partido estelar que hoy enfrenta en la otra semifinal a Barcelona e Inter ya hablaremos mejor mañana; o lo mismo ni hablamos dependiendo del resultado.

El día ha amanecido fabuloso, con un sol que ilumina esta mañana de finales de Abril. De verdad que pocas cosas me dan más satisfacción al levantarme que subir las persianas y ver cómo la luz del sol lo inunda todo. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

5 comentarios:

  1. Lo del papel higiénico me trae el recuerdo de aquella antigua marca: Elefante. Aquello más que papel parecía cartón... En fin, habrá que hacer acopio de material. Ya he dejado de consultar los periódicos deportivos. Es más cómodo leer tu blog. Así que mañana ardo de curiosidad para leer tu crítica del Barcelona-Inter. Un abtrazo

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  2. Siempre nos quedan las toallitas de bebé,que son suaves suaves... como no tienes niños no las has probado, pero es otra historia ;-)

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  3. Yo creo que a todos los que hemos leido tu blog y tenemos ya "cierta edad", se nos habrá venido a la cabeza el papel elefante, marrón, duro y aspero.
    Pero tiene razón MamiGlori, yo, desde que he descubierto las toallitas de bebé, soy otra, es increible para todo lo que sirven además de para limpiar los culitos, los zapatos de los peques los deja impecables, cualquier mancha de comida en su ropa, en el sofá....Y LO SUAVES QUE SON, Y LO BIEN QUE HUELEN.

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  4. Te sigo todos los días.
    Un abrazo .

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  5. Hola Fili:

    Me dejas preocupado con lo del papel higiénico, je,je,je. Habrá que ir almacenando reservas como antes hacian las abuelas con el tema del aceite y el azúcar. No te pases con la cinta y hazle caso a Mónica que tienen más neuronas, o al menos más operativas que nosotros. Lo de la cinta con música motivante es muy peligroso y te puedes cargar hasta los rodamientos. A los que les metía yo cinta por un tubo y algún aparatín más es a los del Sporting.

    Un abrazo y seguimos atacando.

    Santi

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