miércoles, 30 de mayo de 2012

Génesis MMXII (Septuagesimus et septimus)

Y con los primeros rayos de sol,
un adagio de naturaleza y libertad,
irrumpió en la habitación…
(Schinonero, 2012)

http://www.youtube.com/watch?v=b1edIibsfUI&feature=relmfu

A la una y cuarto de este miércoles treinta de mayo comienzo a escribir el Blog mientras tarareo la melodía de la canción que hoy os propongo. Seguro que ya la habréis escuchado un montón de veces porque la están repitiendo constantemente por la televisión como parte de la nueva campaña de San Miguel. No sé, es una de esas canciones que parece que rebosen de alegría y energía positiva. Seguro que será una de las canciones de este verano.

Como no os resultará difícil de imaginar, con el día de sol que estamos teniendo, estoy por Quintes, después de haber hecho esta mañana la correspondiente excursión a Oviedo para ver qué tal seguía todo. Hoy no pudo ser más rápido todo. A las ocho y media me sacaban la sangre, a las nueve desayunaba como si llevara sin comer dos días y a las diez y cuarto ya estábamos de vuelta después de la consulta, lo que quiere decir que no tuve que someterme a ninguna transfusión. De momento los valores se mantienen y todavía los signos de aplasia no se han manifestado plenamente. Mejor así, aunque se nota ya un ligero declive que con seguridad será ya más patente el próximo viernes cuando tenga que volver, en cuyo caso, sí tendría que recurrir a alguna bolsa de sangre o plaquetas. Las defensas de igual modo se mantienen también aceptables sin necesidad de recurrir a las inyecciones de Neupogen.

Así que nada, miel sobre hojuelas como se suele decir. Llegué tan pronto a Quintes que todavía tuve tiempo de echar una cabezadita para compensar el madrugón. Ahora aprovecharé para que me dé el aire antes de comer y después... después una buena siesta. Faltaría más.

La verdad es que estos días de relativa tranquilidad que estoy pasando después de haber estado ingresado por el ciclo, me están sirviendo para recargar otra vez las pilas. Hasta el próximo, tengo por delante otros diez días en los que espero seguir encontrándome lo mejor posible para poder llevar esa vida normal, que aunque en realidad no lo sea, de momento es a lo máximo a lo que puedo aspirar y doy gracias por ello.

En cuanto a mis lecturas, deciros que he empezado con un nuevo libro, El Cuerpo y la Sangre de Eymerich, de Valerio Evangelisti. El tal Eymerich era un personaje de cuidado, nombrado inquisidor general de Aragón a la edad de treinta y ocho años, al que se le encomendó la tarea de erradicar una extraña secta herética ubicada en Castres, dedicada a profanar la sangre y a propagar una terrible enfermedad, conocida como la Muerte Roja, que se extendía a través de las venas y levaba rápidamente a la muerte. Gracias a sus métodos crueles y sanguinarios, el padre Eymerich consiguió llevar a cabo su misión aparentemente con éxito, pero dejó tras de sí un rastro diabólico... y al cabo de unos siglos... Y hasta aquí puedo leer...

Nada más por hoy, otro post un tanto particular, ya que lo comencé antes de la comida y lo concluyo después de la siesta, con mi té ya dispuesto. Al publicarlo antes, cosas de internet -por abreviar-, el ordenador debía tener más hambre que yo, puesto que se comió el último párrafo. Menos mal que tengo quien siempre me avisa en estos casos. En realidad son pequeños fallos que cometo adrede para ver si la gente me lee... Es broma, ya sabéis. Bueno, pues lo dicho, que a ver si de esta va la vencida. Un fuerte abrazo a todos,,, "y mañana más".




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