domingo, 24 de octubre de 2010

Día V

Son casi las siete y media de la tarde de este domingo, veinticuatro de octubre, cuando comienzo a escribir el Blog. Hace apenas unos minutos que hemos acabado ya con la última sesión de quimio. Ahora sólo queda esperar a ver qué tal la tolero y si no hay complicaciones, puesto que ésta fue la que me dio una reacción bastante fuerte cuando me la administraron en la Unidad de Trasplante. Mañana tocará seguir con análisis rutinarios y con los antibióticos para hacia el miércoles poder irme a casa.

Los análisis que me hicieron esta mañana siguen mostrando que estoy bajo mínimos. De todos modos hoy no me han transfundido sangre, aunque sí plaquetas. Lo normal y esperado es que en los próximos días tengamos que mantenernos a base de trasfusiones ya que la quimio será la causante de ese estado de aplasia, que sin ser tan radical como cuando me prepararon para el trasplante, sí que será bastante agresivo. Confiaremos en poder superar esos siete o diez días críticos en los que los sangrados e infecciones podrían aparecer sin previo aviso.

La mañana la empecé viendo la F1, o más bien intuyéndola, porque como muchos de vosotros sabréis a las ocho no se pudo tomar la salida, con lo que dejé la tele encendida sin apenas voz, y para cuando me desperté de nuevo, ahí seguían todavía. Al final entre aplazamientos y coches de seguridad la carrera acabó rayando las doce del mediodía, así que estuve entretenido, y sin encima pudimos disfrutar de una victoria de Ferrari que pone el mundial en bandeja, pues miel sobre hojuelas.

La victoria de Alonso arroja una moraleja que hoy me sirve de inspiración: que es necesario estar siempre ahí, perseverar sin desánimo aunque por momentos las cosas parezcan torcerse, porque si estás ahí, a veces pueden ocurrir cosas, y cuando menos lo esperas te encuentras con que algo que parecía casi imposible se transforma en realidad. Pero para ello lo primero es creer que puede suceder.

Una pena que la tarde me la estropeó un poco el ridículo del Sporting en Getafe donde caímos por un contundente tres a cero. Parece que va a ser una temporada marcada una vez más por la irregularidad. Creo que todos ahora firmaríamos con lograr la salvación aunque sea en el último suspiro.

A veces trato de recordar cómo nació en mí esta afición tan fuerte hacia el fútbol. Todo empezó como en casi todos los niños, dándole patadas a un balón de plástico en un parque, porque de aquella, lo de los balones de reglamento –como así se llamaban a los de cuero- eran casi un objeto de lujo. Tengo fotos por casa en las que se me ve luciendo esa primera equipación del Sporting que me regalaron cuando tendría ocho años, con el nueve a la espalda, como tenía que ser. Curiosamente fue al llevar esas fotos a revelar al fotógrafo cuando éste, animó a mis padres a que me llevaran a entrenar con El Arenal, un club en el que aquel fotógrafo conocía gente que seguro que estaría encantado de que pudiera probar con ellos. Y así fue: los peques no teníamos campo de entrenamiento, y nos ejercitábamos justo en los terrenos que rodeaban a la Plaza de Toros. Comencé jugando como central, más que nada porque era un poco más grande que el resto de compañeros, y seguramente porque también tenía menos calidad que ellos para ejercer otros menesteres, pero en mi segundo año gracias a un partido en el que conseguí un par de goletes, el entrenador decidió que mi posición natural era la de ariete. Fueron así dos años los que jugué en El Arenal. Luego, cuando llegó la edad de pasar al equipo alevín, recuerdo que nos llevaron el primer día a entrenar a la Playa de San Lorenzo y que el entrenador en cuestión, pasó olímpicamente de los nuevos, centrándose únicamente en los niños que eran de segundo año. Aquello me disgustó muchísimo y al llegar a casa dije que no quería volver a entrenar en aquel equipo. Seguramente fue un berrinche de un niño de nueve años, pero eso hizo que durante una temporada no jugara nada más que en el patio del Corazón de María. Eso sí que no me lo iba a quitar nadie. De nuevo animado por uno de los curas que nos veía jugar en los recreos, me decidí a realizar una prueba para el nuevo equipo alevín que se iba a formar en el colegio. Éramos unos cincuenta niños los que fuimos durante un par de días los campos de Claret de Contrueces. El entrenador, con el que todavía mantengo una espléndida relación, me preguntó de qué jugaba. Le dije que arriba. Me puso de delantero centro aunque le advertí que me gustaba más por banda –más que nada porque nunca supe rematar de cabeza-, pero en apenas un partido le convencí con unos cuantos goles. Cuando me llamó al banquillo me dijo que estaba fichado. Fue uno de los días más felices de mi niñez. Era todo tan sencillo.

Bueno, que basta por hoy de batallitas. Si eso otro día sigo con alguna que otra aventura como cuando en juveniles nos tuvieron que sacar de Llanes la Guardia Civil escoltados o cuando le metimos veintiocho a uno al Coinma, con ocho goles de quien firma el Blog. Pero lo dicho: basta por hoy, que no quiero cansaros.

Como siempre os envío un fuerte abrazo a todos y con la seguridad de que … “y mañana más”.

5 comentarios:

  1. Hola Fili

    toy viendo el telediario...Preciado dice que está más quemao que la moto de un hippy :) Bueno, fueron 3 y no 10-0 como le cayeron a un otro equipo por ahí :) A todo hay quien gane!:)
    Besinos

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  2. bufffff!! el arenal nada mas y nada menos. Yo creo que es el equipo que peor trata a los chavalinos, y eso que dicen que el peor es el Sporting, que los guajes se lo creen todo....... Esta historia del Arenal me suena igual que la de Juanín, fuimos con toda la ilusión al arenal con cinco añinos, y mira tú, el entrenador era uno de esos que va perdiendo el pantalón por ahí, o sea, de esos que va enseñando el gayumbo, te obligaban a comprar el chandal que costaba 100 eurazo, tenías que vender lotería, y al final el chicho calentaba y pal banquillo. Al pasar dos entrenamientos no quería ni volver, menos mal que ahora lleva un par de años en la camocha y está encantado.
    Ánimo Fi, que entre todos podemos. Un beso.

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  3. Perseverar y estar. Es la única forma. Para que nos toque la lotería necesitamos como mínimo comprar el voleto. Asi que tú a comprar todos los que sean necesarios. Luego se le añade el empeño, la fuerza, la suerte...
    Besotes futbolista. Qué duro y competitivo este mundo del deporte, nunca me ha gustado la verdad. En este aspecto me siento tan extraña... no me suelen gustar los deportes, me ponen muy nerviosa.

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  4. Que pases una buena noche cariño; a ver si hoy consigues dormir un poquito mejor.

    Miles de besinos

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  5. hola fili

    desde luego la gran baza de alonso es creer en si mismo y en que puede, hace algunas carreras cuando parecia que no tenia opciones un periodista le pregunto si creia que aun podia ganar el mundial y alonso le contesto que el creia que si, de eso se trata de creerselo, de poner toda la confianza y la fe en que se puede lograr, todos los que te escribimos tenemos la certeza de que tu lo vas a lograr.

    se que es muy duro y que tienes todo el derecho a sentirte desanimado y en ocasiones con ganas de tirar la toalla, se que esta lucha solo la puedes librar tu y que los demas solo podemos estar ahi animandote, se que para los que estan a tu alrededor tambien es una lucha dura, pero tambien se que tu espiritu competitivo y ganador te hara salir, de una vez y para siempre, victorioso de esta guerra.

    un beso muy fuerte y mucho animo y paciencia para ti y para monica

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