Génesis MMXII (Fortuna dies natalis)

      

     
Ni más viejo que ayer,
ni más joven que mañana;
el reflejo de mi alma,
de un tiempo no cambia,
y se mantiene fiel.

Ni más diablo que ayer,
ni más ángel que mañana;
no pierdo la calma,
jamás empleo armas,
cargadas con hiel.

Ni más cerca que ayer,
ni más lejos que mañana;
una vida me basta,
si la muerte me alcanza,
no echaré a correr.

Son cuarenta años,
cuarenta millones de sueños,
muchos se lograron,
demasiados se perdieron.
Son cuarenta años,
cuarenta millones de besos,
los que me has regalado,
y aún más los que espero.