Génesis MMXII (Duecentis septimus)

En ocasiones da miedo el no sentir miedo
(Schinonero)

Maná - Eres mi Religión (con Zucchero)

Cuando apenas pasan unos minutos de la una y cuarto de este miércoles diecinueve de septiembre, doy comienzo al Blog. Ha pasado casi una semana desde el último post y durante este tiempo he aprovechado para desconectar de tanta visita al hospital y tratamientos. Bueno, en realidad ayer ya me tocó volver a pisar un hospital, dado que me llamaron para realizar el PET/TAC que tenía pendiente. Los resultados los tendremos esta misma semana. Seguro que serán los esperados.

Sabéis que no me gusta nunca echar las campanas al vuelo y si algo he aprendido durante estos años ha sido a ser prudente a la hora de anticiparme a los acontecimientos. Creo que nunca he pecado ni de excesivo optimismo pero tampoco de pesimismo. Sin embargo en esta ocasión no sé el motivo pero tengo buenas sensaciones. No es que espere un resultado milagroso, pero sí al menos uno que me permita continuar con este período de relativa tranquilidad. Para mí el poder estar una temporada manteniéndome simplemente con puntuales infusiones de Rituximab sería una victoria en toda regla.

Pero esto será el PET/TAC quien lo determine fundamentalmente. En él se verá si el Síndrome Linfoproliferativo Postrasplante que he padecido ha quedado atrás, si quedan algunos vestigios a eliminar -podría bastar entonces el Rituximab-, o sí tal vez únicamente sean pequeñas cicatrices que con el simple paso del tiempo mi cuerpo será capaz de curar. Cabría la posibilidad de que fuera necesaria lo que se denomina infusión de linfocitos del donante, pero eso es ya anticiparme, y como señalaba antes, eso es algo que prefiero no hacer.

De la analítica poco que decir salvo que sigue todo más o menos estable. Las defensas están un tanto bajas por lo que tendré que volver a ponerme una inyección de Neupogen, la hemoglobina prácticamente está igual y lo que sí han subido son las plaquetas.

En líneas generales puedo deciros que me encuentro muy bien, salvo por el cansancio que siento, consecuencia directa de una hemoglobina que no supera los nueve puntos. Por supuesto sigo necesitando por ello la inyección semanal de EPO. Pero por lo demás no puedo quejarme, o mejor dicho, sí puedo, porque como le decía el otro día a una de mis tías, mientras podamos quejarnos la cosa no va tan mal, o al menos, tiene solución. Ya me entendéis...

Como os decía al inicio esta semana de descanso que he tenido he aprovechado para hacer un montón de cosas, aunque reconozco que siempre menos de las que hubiera podido. Pero bueno, tampoco hay que abusar. Así por ejemplo el sábado estuve de espicha con amigos y familiares. En realidad no tomé un culín de sidra, pero no me hizo falta para pasarlo igual de bien. Es curioso que para alguien que como yo era de beber asiduamente, en especial los fines de semana, ahora mi cuerpo es casi como que rechazara el alcohol. Puedo tomar un culín esporádico o un sorbo de vino, pero poco más. La simple idea de tomar algo más fuerte me produce no voy a deciros que asco, pero sí algo parecido. Dicen que el cuerpo es sabio. Así que cuando me pregunto si no hecho de menos el tomarme una copa, mi respuesta es siempre la misma: para nada.

De cara a los próximos días no tengo nada programado salvo el sábado acudir al Molinón. Pocos, por no decir nadie, se esperaba un inicio tan lamentable de nuestro Sporting, pero la realidad es la que es, y ahora, lejos de plantearnos objetivos que casi suenan a quimera, lo primordial pasa por ganar de una vez. Y es que como todo en la vida, para lograr un gran objetivo, hay que ir paso a paso. Otra de las cosas que me he propuesto es la de volver a una sala de cine. Si os soy sincero ni me acuerdo la última vez que fui a ver una película. ¿Tal vez fue Avatar? Con eso os digo todo.

En fin, nada más que contaros. De libros por si tenéis curiosidad deciros que ahora mismo estoy a dos bandas: los días que paso en Quintes estoy con Las Golondrinas de Montecassino, que reconozco que se me está haciendo un poco pesado, mientras que cuando estoy en Gijón me dedico a La Vecina Perfecta, un libro que derrocha humor ácido en cada página.

Me despido de vosotros hasta el próximo jueves, día en el que habré de volver por el HUCA y que en teoría será cuando hablemos de la pauta a seguir de cara a los próximos meses. Así que otra semanita de relax. Un fuerte abrazo... "y mañana más..."