martes, 14 de diciembre de 2010

Día LVI

Son las cuatro y media de la tarde de este martes catorce de diciembre cuando comienzo a escribir el Blog. En contraste con el día de ayer lluvioso y desapacible, hoy llevamos un día con sol, aunque eso sí, manteniéndose las mismas temperaturas fresquitas –apenas diez grados ahora mismo-, y que según comentan las previsiones, todavía descenderán algo más en los próximos días.

Doy inicio a estas primeras líneas al ritmo nada menos de los míticos AC/CD que suenan a través de mi portátil con su Hard As Rock. Un poco de rock del bueno no viene nada mal para despertar las ideas después de una buena siesta, mientras acabo de preparar un té con limón del que daré cuenta a la vez que os escribo.

Hoy lo primero que tengo que decir es que de momento llevo un día bastante mejor que el de ayer en el sentido de que no me siento tan cansado, lo que aproveché esta mañana para caminar diez minutos en la cinta. Espero poco a poco ir aumentando el ritmo y la duración de mis "paseos" para ir recuperando en parte toda la masa muscular que he perdido en estas última semanas.

Mis molestias estomacales sin estar completamente olvidadas, no me dan demasiados problemas, aunque estoy un poco nervioso con el escáner que mañana tendré en Cabueñes, ya que el contraste que tienes que tomar previamente al mismo, es sinónimo de diarrea al cabo de unas horas. Normalmente es cuestión de medio día a lo sumo, pero en mi caso, después de haber estado tocado durante tanto tiempo, espero que no signifique tener que volver a la dieta, o peor aún, al ayuno. Ya veremos qué tal lo toleramos. La cita al final es mañana a las cuatro.

Esta mañana he recibido en mi casa la cesta de Navidad que me ha enviado la empresa. Todo un detalle por su parte y que agradezco con cariño, aunque haya cosas como el jamón de las que no podré dar cuenta. Esto de no poder comer embutidos es algo que no creáis que llevo muy bien. El día en que pueda volver a hacerlo creo que me voy a pasar un mes a base de jamón, pata negra por supuesto, que después de tanto tiempo sin probarlo menos no se merece uno. Pero lo dicho: me ha alegrado recibir la cesta, porque le da un poco de normalidad a unas navidades que sé que serán distintas. Lo único que puedo pedir ahora mismo es poder pasarlas tranquilas con mi familia. Nada más; y nada menos.

Este mediodía ha venido mi hermano a comer conmigo. No sé ni el tiempo que hará que no comíamos juntos; tal vez meses. He querido aprovechar que ando un poco mejor de las defensas para invitarle. Bueno, por supuesto la comida ha corrido a cargo de mi madre. Pero que conste que el vino lo he puesto yo; para él claro, porque como es obvio yo no puedo beber alcohol. La verdad es que ha estado muy bien el poder pasar con él unas horas y charlar un poco de todo sin tener que hacerlo por teléfono.

No os había comentado el libro que al final he comenzado a leer después de mis periplos imaginarios por la antigua Roma. He escogido algo totalmente distinto. Se trata de Maldito Karma, un libro que me ha regalado una buena amiga, y que narra las andanzas de una famosa presentadora de televisión que muere de forma absurda y que en castigo por su mala vida acumulada durante años, comprueba atónita cómo se ha reencarnado en hormiga. Ahora, si quiere progresar en sus posteriores reencarnaciones no le queda otra que acumular todo el buen karma que pueda. Como podéis imaginar, se trata de una disparatada novela que se deja leer de forma agradable y divertida.

En fin, que a ver si lo que queda de tarde seguimos con las mismas sensaciones que hasta ahora, y así de paso, podemos echar un Parchís –o dos- cuando llegue mi mujer de trabajar. Mañana promete ser un día un poco más duro con la visita a Cabueñes, sobre todo porque al ser a las cuatro el escáner, eso me obliga a estar en ayunas desde las doce, mala hora. Supongo que tomaré un pincho a eso de las once para aguantar bien luego hasta que volvamos del hospital.

Así que nada, mientras escucho los primeros acordes de Celebration Day de los Led Zeppelin, os envío un muy afectuoso abrazo a todos… “y mañana más”.

3 comentarios:

  1. Hola Fili. Sigo percibiendo mejores sensaciones. Me alegro. Y es que en casa y con la familia todo va mucho mejor. Yo tampoco debo tomar alcohol por una recomendación de mi médico de cabecera, por no sé que parámetros de un análisis de sangre que me hicieron en la Mutua... En fin, que Lu me "marca" muy de cerca y apenas tomé unos culines en Vidiago, y poco más. Me acordaré de ti cada vez que en estas fiestas diga, con voz cursi: No tomo alcohol, no gracias no puedo beber... ja, ja, ja, con la de cervezas y cubatas que hemos compartido... Pero bueno, nos desquitaremos en cuanto podamos. Un abrazo Fili. HONOR Y FUERZA

    ResponderEliminar
  2. Vamos a cruzar dedos y pensar que el contraste no va a afectarte como para volver pasitos atrás.
    En cuanto te recuperes le damos al jamón pata negra y a la sidra pata negra de Alfredo!!

    Miles de besinos

    ResponderEliminar
  3. Qué razón tienes con lo del jamón y el alcohol... estando embarazada no podía ni lo uno ni lo otro, y cuando parí, el alcohol no me apetecía la verdad, además dando el pecho tampoco puedes, pero de jamón me puse morada, qué ganas de embutido pasé en los dos embarazos. Pero sobre todo de jamón. La verdad que no queda otra que hacer estos sacrificios por la salud, y siempre se encuentran otros placeres, otros sabores, pero cómo te entiendo Fili... un jamón es un jamón...

    ResponderEliminar