martes, 6 de mayo de 2014

Nadaya 2014.14

No es más feliz quien no tiene nada por qué preocuparse sino aquel que no se preocupa por nada
(Schino)


Son las una de la tarde de este martes –creo- seis de mayo cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy ha amanecido un día bastante gris aunque con buena temperatura. Ha caído alguna que otra llovizna pero no parece que la cosa vaya a ir a mucho más.
 
Esta mañana he recibido los resultados del escáner realizado el martes pasado y tal y como os prometí, aquí estoy para daros noticia de los mismos.

En el informe que me han comunicado los resultados se comparan con el último escáner que había realizado en Oviedo, que había sido el año pasado allá por el mes de enero. De lo más importante, o sea, de mi enfermedad, aparentemente no se han encontrado restos.

Por lo demás hay algunas cosillas por ahí que entiendo que no tendrán excesiva importancia como el que se mencione que se aprecian cambios degenerativos en mi estructura ósea, lo que sin duda tiene que ver con la toxicidad acumulada y que ahí sigue. Espero y confío en que no obstante esta degeneración no sea progresiva. Tal vez opte a nivel privado por realizar una densitometría para ver exactamente qué tal están mis huesos. Porque lo cierto es que sufro con bastante frecuencia de dolores en la espalda y no es plan de seguir forzándola como hago casi a diario con Nadaya en brazos, si esto me está perjudicando o si puede acarrearme una lesión de importancia.

Lo que más me ha preocupado, aunque me han dicho que no hay motivos para ello, es que en el informe del escáner aparece también reflejado la presencia de una lesión de aspecto polipoideo en la vejiga, lesión que no obstante ya aparecía en el anterior escáner, como digo de principios del año pasado.

Con todo, y para conocer exactamente el alcance de la lesión, vamos a acudir a un especialista, en este caso a un urólogo, para que valore si es preciso realizar estudios complementarios como podría ser una citoscopia. El lunes que viene tengo ya la consulta fijada y a partir de ahí veremos cómo proceder.

Así que bueno, como podréis entender y conociéndome como ya me conocéis, estoy un tanto mosca, por decirlo en modo coloquial. Pero tampoco es que me haya llevado una sorpresa con el tema de esta lesión que os comento en la vejiga, porque desde el segundo trasplante en realidad nunca he dejado de tener muchas molestias a raíz de la cistitis hemorrágica que sufrí en la misma.

Lo mejor sin duda es que me hubieran dicho que todo estaba perfecto, pero eso a estas alturas me parece que ya nunca va a ser así. Siempre saldrá cualquier pequeña avería por alguna parte. El cuerpo ha quedado como ha quedado, y aunque se va recuperando, milagros no se pueden pedir. Bastante milagro es que siga aquí después de lo mal que pintaba todo hace cuatro años, y no digamos hace tres, justo después de la recaída.

Así que nada, será cuestión de tomárselo una vez más con paciencia. Estos pequeños bajones anímicos, que yo denomino circunstanciales, al final se me pasan bastante rápido. Casi siempre una simple llamada a mi primo Roberto y tema zanjado. Quizás el mayor problema sea el fondo, ese otro bajón que no es circunstancial, sino que está ahí siempre y del que no consigo desprenderme. Pero con ese también intento convivir, aunque muchas veces no es nada fácil y menos aún para los que me rodean y tienen que aguantarme.

En fin, lo dicho. Que voy a intentar desconectar por enésima vez de todo esto. Buscaré algo en lo que centrar mis pensamientos y de paso, os libraré de tener que aguantar mis historias para no dormir. Creo que ahora mismo es lo mejor que puedo hacer. Unas buenas vacaciones para mí y para vosotros en lo relativo a enfermedades y a este blog, del que creo que también tengo que separarme. Era algo que llevaba mucho tiempo valorando y ahora creo que es el mejor momento. Os agradezco de corazón vuestros ánimos, apoyo e interés durante todo este tiempo que lo escribí. Sin vuestro soporte tampoco habría llegado hasta tan lejos. Y sabiendo que seguiré contando con vosotros, todavía habré de llegar mucho más lejos.
Un fuerte abrazo, hasta siempre… “y mañana más”…